lunes, 22 de diciembre de 2014

ENTREGA ESPECIAL II

Diciembre 2014

Entrevista:

De los orígenes del cristianismo al nacimiento de Jesús: un viaje con Antonio Piñero


Catedrático emérito de la
Universidad Complutense de Madrid.
Antonio Piñero Sáenz 
En este mes de diciembre tenemos la grata compañía del Catedrático Emérito de la Universidad Complutense de Madrid Antonio Piñero Sáenz, especialista en cristianismo primitivo.

En la presente entrevista, el profesor y autor de numerosos textos, nos adentra en los orígenes del cristianismo. Para ello nos reseña cómo se produjo el paso del politeísmo al monoteísmo, las influencias que recibió el cristianismo de otras religiones y el contexto histórico de la época de Israel cuando nació Jesús.
En orden de izquierda a derecha:
El Catedrático Antonio Piñero Sáenz, la Filóloga Clásica Ester Belaire
y el Doctorando Carmelo Morales Marcos. 

Rifa mes de Enero 2015:

También aprovechamos la ocasión para acercarnos a los seguidores del profesor y comentarles que sortearemos un ejemplar de su libro Año I: Israel y su mundo cuando nació Jesús, con dedicación especial del autor a nuestro blog.

Para formar parte del sorteo únicamente se deberá de dar un "me gusta" a nuestra página de Facebook "De Dioses y Hombres" https://www.facebook.com/dediosesyhombres?fref=ts
y seguidamente se les asignará un número del 00 al 99.

Para ser el ganador o ganadora del ejemplar, su número deberá coincidir con las dos últimas cifras del famoso Sorteo de La Lotería del Niño que tiene lugar en España el día 6 de enero. El ejemplar llegará a las manos de quien gane sin importar la ubicación geográfica. Ánimo y suerte a todos.

Acá el enlace con la entrevista:


Agradecimientos:

Queremos agradecer mediante este medio, al profesor Piñero, por brindarnos la oportunidad de filmar en su casa en Madrid y responder con la gentileza del caso a todas nuestras consultas. Estamos seguros que no será la última vez que lo tendremos con nosotros.

Acá se muestran dos de las obras del Profesor Piñero:
El Trono Maldito y  Año I: Israel y su mundo cuando nació Jesús
De parte de mi socio Carmelo Morales Marcos y mi persona, queremos extender también nuestro agradecimiento a la entrevistadora Ester Belaire y al editor Josué Segura Amador por ser parte vital del proyecto y creer en él, proyecto que de a pocos, comienza a dar sus frutos. Sin ellos nada de esto sería posible.

Que pasen Felices Fiestas y que tengan un próspero año 2015.

Atentamente, 

José Marco Segura.

Equipo de trabajo:     

Entrevistadora: Ester Belaire
Cámara: Carmelo Morales Marcos
Edición: Josué Segura Amador
Producción: José Marco Segura Jaubert, Ester Belaire





domingo, 30 de noviembre de 2014

EDITORIAL


Diciembre 2014


"De dioses y hombres" es un blog de investigación sobre Ciencias de las Religiones y Mitología, coordinado y dirigido por José Marco Segura Jaubert y Carmelo Morales Marcos.
Volvemos este mes con el compromiso de mantener la calidad. Comenzamos dando las gracias de nuevo a todos nuestros colaboradores pues sin ellos esto no sería posible: A Jenifer Montiel, Macarena García, Aura Fernández Tabernilla, Lorena González Blasco, Ester Belaire, Ramadán Mizan y Benjamín García, muchas gracias. 
Este mes hemos seleccionado tres nuevos artículos elegidos con el fin de mantener esa calidad de la que hablamos. Aura Fernández Tabernilla nos presenta un breve estudio sobre el dios nórdico Loki. Ella nos hará un análisis de una de las figuras más llamativas e importantes de la mitología nórdica.
Lorena González Blanco nos acercará a Isis, una de las diosas egipcias ya romanizada. Y lo hará en este período de la historia, marcándonos la diferencia entre los nuevos y viejos atributos de la diosa.
Para terminar, Ramadán Mizan nos trae su tercera y última entrega de la vida de Mahoma. Veremos en este artículo la descomposición de la nación musulmana. División que dará lugar a dos bloques principales: los sunníes y los chiítas.


Que lo disfruten.
Loki: El dios de las muchas caras

Por: Aura Fernández Tabernilla

Correo electrónico: aurataber@hotmail.com

Loki es interpretado por el actor británico 
Tom Hiddleston en las películas de Thor y Los Vengadores
Imagen sacada de: http://disneyinfinity.wikia.com
La mitología nórdica ha experimentado un renovado interés gracias al boom que las películas de superhéroes han tenido en los últimos años. Thor, el dios del trueno, ha salido de las páginas de la Edda prosaica[1] de la mano de una de las franquicias de cómics más importantes de nuestros días para convertirse en uno de los héroes más apreciados por el público en general. Sin embargo, no ha sido Thor, sino Loki, villano habitual en las producciones cinematográficas de Marvel, quien más admiración y expectación ha despertado en la audiencia, principalmente por su personalidad “multiforme” y ambivalente.
Es precisamente este carácter maquiavélico y esquivo lo que convierte a Loki en una de las figuras más oscuras y complejas de la mitología nórdica. Con todo, la breve presentación que hace Sturluson puede servir como primer contacto con este personaje:

“Hay aún otro As al que algunos llaman enemistador de los Ases, y mentiroso, y desdicha de todos los dioses y hombres, es el llamado Loki o Lopt, hijo del gigante Fárbauti[2]. Su madre es Laufey o Nál, y sus hermanos son Býleist y Helblindi. Loki es de hermosa y bella apariencia pero de mala naturaleza, es de costumbres muy caprichosas. Tenía más sabiduría, de esa que llaman astucia, que cualquier hombre, y por todo se queja. Causaba siempre complicaciones a los dioses, y a menudo las resolvía mediante estratagemas […]” Sturluson, Edda en prosa: Gylfaginning XXXIII (Loki)[3]

Tal como queda constatado en el texto, la naturaleza de Loki presenta diversas facetas, de entre las cuales se pueden destacar: a) su comportamiento impulsivo y curioso, el cual le lleva a meterse en situaciones comprometidas que acarrean, en última instancia, dificultades a los dioses, quienes son, de una manera u otra, engañados por Loki que al final, y siempre tras haber sido amenazado con la tortura o la muerte, se ve obligado a hacer uso de su astucia para solucionar el problema.
Loki e Idunn
Imagen sacada de:
http://es.wikipedia.org
Por último, Loki tiene una relación muy intensa con el inframundo, la cual se evidencia no sólo en la posible existencia de un Utgardaloki o Loki del inframundo[4], sino también en sus relaciones familiares ya que es el padre de Hel, la diosa del Niflhem o reino de los muertos, que se caracteriza por tener un cuerpo dividido en  dos partes: una superior, hermosa y de color carne, y una inferior más oscura, formada por carne podrida y tan negra que resultaba invisible. Hel fue condenada por Odín a gobernar el inframundo para evitar que tanto ella como sus dos hermanos, el lobo Fenrir y la serpiente Jörmungard, que rodea el Midgard o reino de los hombres, cumplieran con su destino: apoyar a su padre en la batalla escatológica que terminará con el fin del mundo.Esta faceta se ve reflejada en el mito de las manzanas de Idunn, por ejemplo, el cual cuenta como Loki, por un acto de imprudencia, es capturado por el gigante Thiazi, que le impone, como condición para recobrar su libertad, la entrega de Idunn, la diosa que custodia las manzanas mágicas que mantienen la inmortalidad de los dioses. Loki acepta y mediante mentiras rapta a la diosa, con lo que los dioses empiezan a envejecer. Finalmente, tras ser amenazado, rescata a Idunn transformado en halcón; b) su conducta traviesa, observable sobre todo en el mito del tesoro de los Ases, en donde se cuenta cómo, por puro vandalismo, le corta el pelo a Sif, la esposa de Thor. Tras ser amenazado por éste con la muerte si no repara su falta, Loki consiguió que unos enanos herreros hicieran una cabellera de oro para Sif, el barco mágico (Skídbladnir) de Frey, la lanza de Odín y el martillo Mjöllnir de Thor, entre otros objetos; y c) su carácter diabólico, que es la faceta más notable de este dios y que se ve reflejada muy especialmente en su papel en la muerte de Balder. Éste es, para los nórdicos, el dios-símbolo, el dios que une y asegura el orden del mundo. Balder soñó que un día sería asesinado por otro dios y que su muerte provocaría el fin del mundo. Frigg, la consorte de Odín y madre de Balder, podía ver el futuro pero no cambiarlo, así que pidió a todos los seres vivos e inanimados que jurasen no dañar nunca a su hijo. Pero no habló con el muérdago por considerarlo “inocente”. Esto no le gustó a Loki, quien, disfrazado de mujer, preguntó a Frigg sobre qué podía causarle la muerte a Balder. Cuando un día los dioses se encontraban disfrutando de un banquete, Loki entregó al dios ciego Hödr una rama de muérdago y le dijo que se lo lanzara a Balder, causándole la muerte. Hermód, otro hijo de Odín y Frigg, bajó al inframundo y pidió a Hel que permitiera volver a su hermano. Ésta accedió con la condición de que todas las criaturas derramaran una lágrima por el dios. Sin embargo, una anciana gigante llamada Thökk, probablemente Loki disfrazado, se negó a llorar y Balder fue condenado al inframundo hasta el fin del mundo. Este episodio prepara el advenimiento del Ragnarök, la batalla final entre los dioses y las criaturas del inframundo, comandadas por Loki, que llevará al fin del mundo. Este carácter malvado y oscuro, queda al descubierto en su plenitud en la unidad mitológica que forman la historia posterior a la muerte de Balder: el castigo de Loki y el Ragnarök.
Los hijos de Loki
Imagen sacada de:
http://en. wikipedia.org
Realmente, todas las facetas de Loki pueden englobarse en su carácter diabólico, típico de la raza de los gigantes, pues actúa sin pensar en las consecuencias, poniendo más de una vez en peligro el orden cósmico. Loki sólo opera por y para sí mismo, siendo los resultados positivos generados por sus acciones (la lanza de Odín, el martillo de Thor, etc.) consecuencia directa de sus intentos por salvar su propia vida. Es por ello que el lugar de Loki en el imaginario nórdico se encuentra, justamente, en ser el dios que desarticula y, en extremo, destruye; así como ser el que muestra los peligros y los confines del mundo. Además, al contrario que lo que dice Dumézil, Loki si tiene una función, pues, tal como se ha podido ver a lo largo del trabajo, presenta las características de un dios del inframundo. Asimismo, es una figura fundamental para el desarrollo de la mitología nórdica, pues se encuentra presente en la mayoría de los mitos.

Bibliografía básica:
         
     Lanceros, P., El destino de los dioses. Interpretación de la mitología nórdica, Editorial Trotta, S. A., Madrid, 2001.
·         Page, R. I., El pasado legendario. Mitos nórdicos, Ediciones Akal, S. A., Madrid, 2012.
·         Dumézil, G., Loki, Flammarion, Nouvelle Bibliothèque Scientifique, 1986.
·     Sturluson, S., Textos mitológicos de las Eddas, Edición preparada por Enrique Bernárdez, Editorial Nacional, Madrid, 1982.



[1] Desarrollada en Islandia por Snorri Sturluson en el 1220 d.C. como un manual de enseñanza para los jóvenes poetas, la Edda prosaica, o Edda menor, es una de las fuentes principales para el conocimiento de la mitología nórdica junto con la Edda poética y los Poemas Escáldicos.
[2] A pesar de ser un gigante del hielo, un Jotun, y pertenecer por ello a la raza enemiga de los dioses, Loki se contabiliza como uno de los Ases, pues es considerado por Odín, el dios-padre, como un hermano, al existir entre ellos un antiguo pacto de sangre. Es decir, no es el hijo adoptivo de Odín, como se muestra en las películas y en los cómics.  
[3] Sturluson, S., Textos mitológicos de las Eddas, Edición preparada por Enrique Bernárdez, Editorial Nacional, Madrid, 1982.
[4] Este personaje aparece en el mito de Thor en Utgard, en el que se cuenta la expedición del dios del trueno a la corte del rey gigante Utgardaloki, acompañado por Loki y Thialfi, donde se ven humillados por la astucia del gigante. Utgardaloki desafió a los tres Ases a competir con sus criados en diversas pruebas. Thialfi escogió la carrera, pues podía correr más rápido que nadie, pero perdió cuando compitió con Hugi. Loki apostó que nadie podía comer tan rápido como él. Se enfrentó a Logi y fue derrotado. Finalmente, Thor compitió en tres pruebas y fracasó en todas ellas. La primera consistía en beberse el contenido de un cuerno, pero el extremo del mismo estaba en el mar, por lo que sólo consiguió que bajase la marea, en la segunda prueba debía intentar levantar al gato de Utgardaloki, y en la tercera tenía que luchar contra la vieja gigante Elli. Más tarde, Utgardaloki confiesa a Thor que todo eso había sido una ilusión y le explica por qué habían sido derrotados: Hugi era el “pensamiento” y éste es más rápido que cualquier otra cosa, Logi era el “fuego”, el más voraz de todos los elementos, el gato era la personificación de la serpiente del Midgard, tan larga que nadie podía levantarla, y, por último, Elli era la “vejez”, que derrota incluso al más fuerte. Ibid
La Diosa Isis

Por: Lorena González Blasco

Correo electrónico: lorenagblasco@yahoo.es

La Isis de Farnese, Museo Arqueológico de Nápoles 
En estas pocas páginas vamos a ver a Isis, una de las diosas egipcias, ya romanizada, por lo que tendrá nuevos atributos y advocaciones diferentes de las de su origen. Así lo que veremos es una presentación de ella en dicho periodo de la historia.
Su nombre egipcio, Isis, significa asiento o trono. [1] Es una diosa madre. Su principal representación es amamantado a su hijo Horus, heredera de la iconografía egipcia; asimilada a Io o Deméter, a la Fortuna-Tyché o Sothis, también se la encuentra como una diosa panthea entre los lararaia, asimilando varios atributos de diferentes diosas y cuya función era profiláctica, además podía encontrársele con su paredro Serapis y su hijo, formando la triada y siendo la garante de la familia. Aunque también se la encuentra sola a la diosa con el sistro.[2]
Se nos relata que es uno de los cuatro hijos de Rea-Nut y esposa del dios Osiris, ambos se unieron en el vientre de su madre antes de nacer. Se convierte en regente al partir su esposo-hermano a civilizar el mundo, pero a su regreso Set se deshace de él encerrándole en un sarcófago que lanza al río, de esta forma navegará hasta Biblos, donde bajo la forma de un árbol el rey de ese país lo utilizará como pilar de su palacio. Tras conocerlo Isis por medios mágicos y ayudada por Anubis se dirige a ese lugar, donde se convierte en la nodriza del príncipe, siendo sorprendida una noche cuando intentaba darle la inmortalidad, entonces se revela exigiendo el ataúd de su esposo, regresando a Egipto. Por ello, esconde a Osiris, pero Set en una partida de caza lo encuentra y lo trocea en varios fragmentos que Isis recupera, menos el falo, e Isis le devuelve a la vida. Tras ello nace Horus, que más tarde reclamará su herencia al luchar contra Set, del que se apiada Isis y Horus le quita la cabeza colocándole luego una de vaca. [3]
En estos momentos aparece Serapis, emergido de los dioses Osiris y Apis, según Alvar el Apis muerto convertido en Osiris, dios fecundador y protector de los muertos, asimilado a Plutón con un cesto de frutas, calathos, cuya iconografía fue inventada por Briaxis y cuyo culto se configuró gracias a Timoteo de Eleusis.[4]
En esta época Isis forma la triada con Serapis, equivalente a Horus, y junto a Harpocrates, que sería su hijo Horus. Así sus nombres se helenizan y entran dentro de los relatos helénicos.
Sus textos son las aretalogías, escritas en griego entre el 100 a.C. y el 200 d.C., los cuales contienen himnos o plegarias a la diosa, que según Alvar se recitarían de forma colectiva. Y sus instrumentos para la realización del culto son la hidra o la situla, donde se guardaba el agua, elemento imprescindible ya que se suponía que era agua del Nilo; el sistro, una especie de sonajero, y la cista, donde se guardaban las diferentes partes de Osiris que la diosa fue recogiendo.[5]
Se la adoraba en templos públicos y privados. El primero estaba incluido dentro de la ciudad como el iseum de Pompeya y el Iseum Campense con lugares anejos para aposentos del clero y hospedaje de peregrinos así como para realizar la iniciación. Y el segundo estaba dentro de las casas particulares, como la casa de Decimo Octavio Quartione y Loreio Tiburtino, ambas en Pompeya. [6]
Se realizaba un culto diario. Por lo que se abría el templo por la mañana, tras ello se procedía al despertar, asear y acicalar a la diosa, una vez realizado esto se le ofrecía comida, la cual rechazaba, por lo que se guardaba para la alimentación de los sacerdotes. Durante el día hasta la hora de cerrar el templo, que se hacía por la tarde, la gente entraba a rezar, a hacer sus tareas, a realizar requerimientos divinos o incubatios o tener alguna visión.[7] 
Cada isiaco entraba en contacto con la divinidad de forma personal, abrazando el altar, un acto típicamente romano comenta Alvar, arrojando sus cabellos desatados y de rodillas y a veces sentados. Normalmente se pedía por el bienestar, la salud y curación de los seres queridos, terminar bien un viaje, tener éxito profesional, preservar la castidad de la mujer y proteger la vida materna de los partos. Y era la diosa quien elegía tanto al que se iniciaba como al sacerdote que le iniciaba. Dicho iniciado debía pasar varias pruebas, entre ellas el ayuno de ciertos alimentos y la abstinencia sexual.[8]
Las dos grandes fiestas son el Navigium Isidis y el Inventio Osiridis. La primera, llamada en griego Ploiaphesia, se celebra el 5 de marzo, fecha que inicia la temporada de navegación y en la que se hacen votos a la diosa para que el mar de sus frutos. Y la segunda rememora el viaje para recuperar a Osiris, realizado entre el 26 de octubre y el 3 de noviembre. A ambas les precedía un periodo de abstinencia sexual.[9]
Lo que es interesante es que aunque cambiando de civilización conserva su estructura en tríada y su principal papel, como diosa-madre. Así como que sus acompañantes cambien el nombre helenizándose. No debemos olvidar que dicha deidad pasará luego al mundo cristiano en la advocación de la Virgen María con muchas de sus características, sobreviviendo a lo largo de la historia.

BIBLIOGRAFÍA

-          Alvar Ezquerra, J; Los Misterios. Religiones «orientales» en el Imperio Romano, ed. Crítica, Barcelona, 2001
-          Arroyo de la Fuente, M. A.; El culto isiaco en el Imperio Romano. Cultos diarios y rituales iniciático: iconografía y significado, BAEDE, nº 12, Madrid, 2002. (versión impresa y pdf)
-          Arroyo de la Fuente, M.A.; Iconografía de las divinidades alejandrinas, Liceus, Portal de Humanidades, 2006.
-          Turcan, R.; Los cultos orientales en el Mundo Romano, trad. A. Seisdedos, ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 2001.




[1] Arroyo de la Fuente, M. A.; Iconografía de las divinidades alejandrinas, Liceus, Portal de Humanidades, 2006, pág. 18 y Turcan, R.; Los cultos orientales en el Mundo Romano, trad. A. Seisdedos, ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 2001, pág. 83.
[2] Alvar Ezquerra, J; Los Misterios. Religiones «orientales» en el Imperio Romano, ed. Crítica, Barcelona, 2001, pág. 153 y Arroyo de la Fuente, M. A.; op. cit. BAEDE, nº 12, Madrid, 2002, pág. 216.
[3] Alvar Ezquerra, J., op. cit., ed. Crítica, Barcelona, 2001, pág. 47-49 y 51-54 y Turcan, R.; op. cit., trad. A. Seisdedos, ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 2001, pág. 83.
[4] Alvar Ezquerra, J.; op. cit., ed. Crítica, Barcelona, 2001, pág. 58-60, 62, 64 y 66 y Turcan, R.; op. cit., trad. De Antonio Seisdedos, ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 2001, pág. 80-82.
[5] Alvar Ezquerra, J; op. cit., ed. Crítica, Barcelona, 2001, pág. 150-151, 234-235 y 237.
[6] Arroyo de la Fuente, M. A.; El culto isiaco en el Imperio Romano. Cultos diarios y rituales iniciático: iconografía y significado, BAEDE, nº 12, Madrid, 2002, pág. 214, 216-217 y 219 (versión impresa) y Turcan, R.; op. cit., trad. A. Seisdedos, ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 2001, pág. 107 y 109.
[7] Alvar Ezquerra, J; op. cit., ed. Crítica, Barcelona, 2001, pág. 227-228; Arroyo de la Fuente, M. A.; op. cit. BAEDE, nº 12, Madrid, 2002, pág. 225-226 (versión impresa) y Turcan, R.; op. cit., trad. A. Seisdedos, ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 2001, pág. 107 y 112-114.
[8] Alvar Ezquerra, J; op. cit., ed. Crítica, Barcelona, 2001, pág. 145, 241 y 250 y Arroyo de la Fuente, M. A.; op. cit. BAEDE, nº 12, Madrid, 2002, pág. 226-228 (versión impresa).
[9] Alvar Ezquerra, J; op. cit., ed. Crítica, Barcelona, 2001, pág. 146, 218 y 221; Arroyo de la Fuente, M. A.; op. cit. BAEDE, nº 12, Madrid, 2002, pág. 229-230 (versión impresa) y Turcan, R.; op. cit., trad. A. Seisdedos, ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 2001, pág. 115-118.
Mahoma y los comienzos del Islam III [1]

Por: Ramadan Ibrahim Mohammed, doctorando de la Universidad Complutense de Madrid

Correo electrónico: ramadan.ibrahim@cchs.csic.es


1. El Estado islámico después del fallecimiento del profeta

El profeta Mahoma no eligió un sucesor después de él. Así que después de su fallecimiento, sus amigos y compañeros decidieron elegir a Abu Bakr As-Seddiq como califa (sucesor) de los musulmanes. Él era el padre de la mujer del profeta: ‘Aicha. Era también su amigo preferido. Pero, en aquel momento había un pequeño grupo de musulmanes que estaba a favor de que el califa fuese ʻAli Ibn Abi Taleb, en vez de Abu Bakr As-Seddiq, ya que el primero pertenecía a la misma familia del profeta, siendo este su primo. Este apoyo no era compartido por el público, sino que se quedó limitado a este pequeño grupo. Este hecho es un indicio de la intención de división y partición dentro de la nación islámica, cosa que tendría su repercusión en el futuro. [2]
Asumió Abu Bakr las riendas del califato, y muchos de los que habían entrado en el Islam querían revocarse. Pero Abu Bakr atendió muy sabiamente este asunto e impidió que eso ocurriera. Dos años después del fallecimiento del profeta, falleció Abu Bakr. Era en el año 634 d.C. Después de Abu Bakr, el califato lo asumió ‘Omar Ibn al-Jattab, uno de los compañeros del profeta. Tampoco esta vez se concedió el califato a ʻAli, hecho que ampliaría el número de los que le apoyaban, pensando que él era quien tenía derecho al califato desde el principio. Con Abu Bakr y después ‘Omar en el califato, la tensión sectaria empezó a hacerse camino entre los musulmanes, pero clandestinamente y sin que la mayoría de los musulmanes se diera cuenta de ello.
La historiografía islámica se quita el sombrero ante ʻOmar por el florecimiento que había conocido el Estado Islámico en su época. Se extendieron las conquistas islámicas a muchos países, formando así un imperio musulmán que permitió la divulgación de la religión islámica en muchos países: los bizantinos abandonaron Siria en el año 636; en el año 637 se abrió Antioquia y en el mismo año se desmoronó el imperio de los sasánidas. Se conquistó Egipto en el año 642 de la mano de ʻAmr Ibn al-‘A`s. En el año 694 se abrió Cartago. Antes de finalizar el siglo VII d.C. El Islam ya había dominado el Norte de África, Siria, Palestina, Asia Menor, Persia e Irak.  [3]
ʻOmar fue asesinado de la mano de un esclavo persa cuando estaba dirigiendo la oración de al Fajr, habiendo elegido, antes de su muerte, seis de los compañeros del profeta para que el pueblo eligiera de entre ellos uno para asumir el mando del califato. De entre los seis candidatos, figuraba el nombre de ʻAli Ibn Abi Taleb. Sin embargo, el pueblo no eligió a ʻAli como califa, sino a ‘Ūtman Iban ‘Affan, otro de los seis candidatos elegidos por ʻOmar. Este acontecimiento avivó la tensión de los seguidores de ʻAli, que ya, por primera vez, anuncian públicamente que ʻAli es el que mejor merece ser califa de entre los musulmanes, no otro. Justifican su proclama con el hecho de que ‘Ūtman, elegido califa, pertenece a la tribu de Bani Omeya, una de las cabilas que más enemistades mantuvo con el profeta en su vida y que más renegó de su mensaje.[4]
Creció el número de los seguidores de ʻAli, los cuales formaron un grupo y se llamaron los chiítas. Luego, ‘Ūtman fue asesinado y se profundizó la tensión entre los dos bandos: los seguidores de ʻAli (chiítas), por un lado, y los seguidores del califa, por otro. Empezaron a acusarse entre ellos por el asesinato de ‘Ūtman, el califa.  
Pasados unos años, se asesinó a Al Ḥusein, hijo de ʻAli. Los chiítas dirigieron su acusación a los omeyas, que ya habían asumido las riendas del poder islámico. A partir de ese momento, los chiítas se apartaron del todo de los omeyas y constituyeron un Estado propio.
30 años después del fallecimiento del profeta, el Estado islámico empezó a descomponerse y dividirse: la mayor parte lo constituyen los sunitas (los que consintieron el califato a los compañeros del profeta y no se negaron), la otra parte son los chiítas (los que proclamaron a ʻAli como califa desde el principio y no reconocieron el califato de otro).[5]
La descomposición del Estado islámico o la nación musulmana no se limitó a su división en dos bandos: suní y chií, sino que se fue a más. Dentro de cada una de estas dos ramas existen otras muchas subramas. Por ejemplo, dentro de la rama  suní, se encuentran ideas e ideologías que constituyeron ramificaciones disidentes con la rama original. De entre las subramas que coexisten dentro de la rama suní tenemos a los “mu‘tazilies”[6], que apareció en Iraq anteriormente y que defiende que, a través de la razón (al- ̒aql), el ser humano es capaz de discernir entre la verdad y la falsedad sin la necesidad de la Tradición Oral. Los comienzos de esta escuela se encuentran en Basora, hacia finales de la era omeya y principios de la abasí. [7]
En cuanto a los chiítas, su principal doctrina gira en torno a la concesión  del califato a los familiares de la casa de Mahoma, en especial, a ʻAli Ibn Abi Taleb. Interpretan algunos de los dichos del profeta alegando que en ellos se señalaba a que quien debe tomar las riendas del califato después de su fallecimiento tenía que ser ʻAli. No sólo eso, sino además interpretan algunos textos del Corán en función de su creencia, en cuanta al Corán, en su conjunto, contiene lo explícito, mientras que su sentido es lo implícito (bātin). Según esta interpretación implícita, se ha referido muchas veces a ʻAli en el Corán, pero de forma implícita.  [8]  
De las ramificaciones chiíes más conocidas mencionamos el chiísmo duodecimano o imamí, a través de la cual surgió la secta denominada el ismaelismo. Ésta apareció con ideas nuevas. La más trascendental de todas es la del esperado Mahdí, “el Guía” (es decir, el que es guiado por Díos),  y el que será uno de los imames. Puede ser que haya nacido este Mahdí y que está todavía en el periodo de la infancia, o puede ser el mismo gobernador que les gobierna ahora mismo. De todas formas, la idea del esperado Mahdí es exclusiva de uno de los imames. [9] Esta misma idea la encontramos también en los seguidores de las escuelas sunníes, pero el Mahdí será una persona enviada de Dios y que vendrá al final de los tiempo para aplicar la ley de Dios y acabar con el asociacionismo a Dios (los asociados).[10]
El chiísmo se concentró desde el principio en Basora, Irak, y actualmente está en Irak, Siria e Irán.  

2. Resumen: de la lectura del libro de Eliade sobre el Islam y su aparición de la mano del profeta Mahoma, podemos obtener las siguientes conclusiones:
En su tratamiento del Islam, el autor se ve más concentrado en los aspectos literarios, teológicos, e historiográficos de las cuestiones planteadas. Por ejemplo, al tratar la cuestión de la creencia de los musulmanes en el día del Juicio Final, cita el texto sagrado correspondiente. Se interesa también en aspectos históricos, sobre todo en el encadenamiento cronológico de los acontecimientos, desde antes del nacimiento del profeta hasta el surgimiento de las distintas escuelas jurídicas.
En su tratamiento historiográfico de los acontecimientos, el autor utiliza solo el calendario cristiano, omitiendo por completo el calendario musulmán (de la hégira), al que rigen los musulmanes. El calendario musulmán empezó a contarse desde el día en que emigró el profeta Mahoma con sus seguidores y adeptos de la Meca en dirección a la Medina. 
De todas formas, el autor nos proporciona una información importante de la situación de los árabes antes de la llegada del Islam, que, en general, se caracterizaba por la diversidad de las divinidades. Entre los árabes había más de un Dios. De ahí el mensaje de Mahoma era la unicidad de Dios, teniendo en cuenta que el Dios de Mahoma es el mismo Dios de los árabes. La diferencia es que los árabes representaban a Dios en figuras e imágenes, de tal manera que llegaron a tener varios Dioses. Este Dios es el mismo Dios de Abraham e Ismael y el mismo de los judíos y los cristianos.
El autor, en su exposición, se  interesa por el mito. Así lo podemos observar cuando habla de la ascensión del profeta al Cielo, su encuentro con los profetas precedentes, su recorrido por la gente del Paraíso y la del Fuego, su encuentro con Alá y su recepción del Corán: libro sagrado para los musulmanes. 
A través del Corán, el musulmán puede conocer las leyes teológicas que dan organización a su vida, creer en la resurrección de los muertos, en la rendición de cuentas ante Dios, en la entrada al Paraíso o al Infierno. También podrá conocer los cinco pilares preceptivos del Islam. El Corán respeta a todos los mensajeros precedentes a Mahoma y los reconoce. 
El autor nos proporciona también información sobre la situación del Estado Islámico después del fallecimiento del profeta. El aspecto más importante, en este sentido, es la expansión de las conquistas islámicas en muchos países, de la mano de ‘Omar Ibn Al Jattab, compañero de vida del profeta. Y el aspecto más peligroso es la descomposición de la nación musulmana porque ‘Ali Ibn Abi Taleb no asumió el califato después de Mahoma. Los seguidores de ʻAli justifican su derecho a la sucesión de Mahoma diciendo que aquél es primo de éste y, al mismo tiempo, su yerno, y padre de Al Ḥasan y Al Ḥusein, nietos del profeta. Esta división era motivo principal para que los seguidores de ʻAli se apartaran del todo de la nación musulmana, lo cual terminó en la división de los musulmanes en dos bloques principales: los sunníes y los chiítas.

3. LA BIBLIOGRAFÍA:

    3.1. Bibliografía Básica:

- Eliade, Mircea, (1983). “De Mahoma a la era de las Reformas”, en Historia de las creencias y de las ideas religiosas, v. 3, ediciones Cristiandad, S.L. Madrid, pp. 93-119.
   3.2. Bibliografía Complementaría:
- Ibn al-Murtaḍà, Aḥmad ibn Yaḥyà, (1988). Kitāb Ṭabaqāt al-muʿtazila, Wilzar Sūsannah Dīfald (ed.,), Bayrūt: Dār al-Muntaẓir.
- Armstrong, Karen (2005). Mahoma, biografía del Profeta. Barcelona: Tusquets. 84-8310-432-6.
- Mubarakfuri, Safi Urrahman (2003). El Néctar Sellado. Riyadh: Dar-us-Salam. 9960-897-55-9.
- Vernet, Juan (1994). Mahoma. Barcelona: Planeta De Agostini. 8439540493, 9788439540496.




[2] Mircea Eliade, “De Mahoma a la era de las Reformas”, en Historia de las creencias y de las ideas religiosas, v. 3, ediciones Cristiandad, S.L. Madrid, 1983, pp. 93-119.  p 114
[3] Ibídem, p. 115
[4] Ibídem, p. 115
[5] Ibídem, p. 116
[6] Para tener más información sobre los expertos dentro de esta secta véase Ibn al-Murtaḍà,  Kitāb Ṭabaqāt al-muʿtazila, Wilzar Sūsannah Dīfald (ed.,), Bayrūt : Dār al-Muntaẓir, 1988.
[7] Ibídem, p. 117
[8] Ibídem, pp. 158- 159
[9] Ibídem, p. 163
[10] Véase Ibn Jaldūn, The Muqaddimah II, trad. Rosenthal, Princeton: University Press, 1967, pp. 156- 206.