sábado, 28 de febrero de 2015

Marzo 2015


"De Dioses y Hombres" es un blog de investigación sobre Ciencias de las Religiones y la mitología, dirigida por el Filólogo Clásico de la Universidad de Costa Rica José Marco Segura Jaubert y el doctorando de la Universidad Complutense de Madrid Carmelo Morales Marcos.
En el número de este mes os entregamos tres artículos que nos introducen el mundo de los templos. Trataremos estos en tres de las religiones más practicadas en el mundo. Iván Ruiz Larrea nos deja una breve exposición de lo que el arte gótico ha supuesto para occidente, centrándose en su estilo, que es el aspecto más característico de esta nueva expresión estética que se manifiesta por primera vez en el siglo XII. Jenifer Montiel se ocupará de adentrarnos en los templos hinduistas. Nos enseñará como el objetivo de este tipo de templos es recrear en un edificio la totalidad del cosmos. Algunos de ellos llegarán a convertirse en grandes centros no solo religiosos sino culturales y económicos. Carmelo Morales Marcos nos ilustrará mostrándonos las funciones que tiene la mezquita en el Islam, atendiendo principalmente a su aspecto religioso, pero también, sin dejar de lado, otros aspectos de interés e importancia como pueden ser la mezquita como lugar de enseñanza, lugar donde se imparte justicia, lugar de reunión, de meditación y, entre otras de sus múltiples funciones, como estancia más o menos prolongada. También nos explicará su aspecto político y, por supuesto, el artístico. Queremos reiterar nuestras gracias a todos nuestros seguidores porque sin ellos esto no sería posible. Gracias a Lorena González Blanco por su ayuda prestada en estos inicios. Gracias a Ester Belaire y Macarena García por formar parte de nuestro equipo. Gracias a todos nuestros colaboradores, pues sin sus excelentes artículos esto no sería lo mismo. Por último a catedráticos, doctores, profesores y expertos por concedernos entrevistas o estar en proyecto de ello.   
Los templos de la India

Por: Jenifer Montiel, Máster en Ciencias de las Religiones por la Universidad Complutense de Madrid.

Correo electrónico: jmontiro7@hotmail.com

Introducción

Mapa sobre los templos en la India.
La India ha sido y es cuna de numerosas religiones pero en esta ocasión vamos a centrarnos en el análisis de los templos consagrados a los dioses hindúes.
Los primeros templos, también conocidos como Mandir Devalayam o Devasthanam, edificados en piedra o terracota por los líderes políticos de la región, datan del s. V aproximadamente. Estos edificios religiosos se concebirán siguiendo unas estrictas normas arquitectónicas pues el objetivo es recrear en un edificio la totalidad del cosmos. Algunos de ellos llegarán a convertirse en grandes centros no solo religiosos sino culturales y económicos.
Las dinastías reales serán las principales impulsoras de la construcción de estos templos pues era a través de este patrocinio como mostraban su poder, que consistía no solo en exhibir su autoridad y potencia militar sino en mostrar su capacidad para facilitar el bienestar espiritual de su pueblo.
Aunque como decíamos los primeros templos empezaron a edificarse en el siglo V, anteriormente ya existían centros de culto localizados en cuevas o grutas. Más tarde ya se comenzó a llevar a cabo la edificación de los primeros templos, de los cuales no nos han quedado vestigios, pues fueron edificados con materiales perecederos como la madera.
Yaksha de Vidisha (Madhya Pradesh), s. I a.C.
Actualmente en el museo de Vidisha.
Con lo que sí contamos es con diversas reliquias o iconos asociados a algunos de los cultos relacionados con estos primeros templos desaparecidos. En ellos no se nos muestra a dioses o diosas, sino a espíritus con semblante humano relacionados con la riqueza y la abundancia, conocidos como yakshas (masculino) y yakshis (femenino). Los yakshis son mostrados con amplios estómagos, adornados con mucha joyería y acarreando auspiciosos cántaros de agua, las yakshis, contrariamente, son doncellas con amplias caderas y pechos, pero diminutas cinturas, también portando mucha joyería.


Cuevas-Templo

Como vemos, hay que buscar los antecedentes a los grandes templos en las cuevas o grutas. Estas se encuentran repartidas por toda la India y están consagradas tanto a dioses hindúes como a santos jainas o Budha.
En el Estado de Maharashtra son muchos los ejemplos de cuevas-templo que hoy en día se pueden visitar, entre ellas las cuevas de la Isla de Elephanta en Mumbai, datadas en el siglo VI y consagradas al dios Śiva, las cuevas kanheri también en Mumbai (National Park) y las cuevas de Ajanta y Ellora. Las cuevas de Ajanta, de la dinastía Vakataka (siglos III-VI) están principalmente consagradas al budhismo, mientras que en las cuevas de Ellora (siglos VII-IX) vemos 34 cuevas jainistas, budistas e hindúes labradas a lo largo de un risco de 2 km, siendo el templo de Kailasanatha el más destacado, labrado en la roca en el siglo VIII por el rey rashtrakuta Krishna I.
Śiva Mahesamurti en las cuevas de Elephanta.  El rostro central             
representa a Śiva el preservador, sereno y pensativo, la oeste es             
Śiva el creador, gentil y elegante y la del este es el destructor. 
A la izquierda encontramos a Śiva como Ardhanishwara, el 
andrógino y al otro lado a Śiva como Gaṅgādhara.
Badami, en el estado de Karnataka, fue la capital de los reyes chalukya durante los siglos VI y VII. Allí encontramos también templos-cueva excavados en la roca consagradas a Śiva, Viṣṇu y santos jainas. También Mamallapuram o Mahamallapuram, en Tamil Nadu, fue una importante ciudad portuaria construida durante el siglo VII por el rey pallava Narasimha Varman I y también aquí encontramos cuevas, santuarios monolíticos, templos y bajorrelieves considerados los más notables exponentes del arte pallava.

Los primeros templos: características generales

Del siglo VII-VIII datan algunos tratados arquitectónicos o Vastu Shutras como el Manasara. En ellos se encuentra información sobre el proceso de selección del lugar y el día de inicio de construcción, el plano del edificio, materiales, etc. En estos manuales el templo es concebido como un microcosmos y la labor del arquitecto (sthapati) es ordenar el caos utilizando la forma geométrica del mandala.
Hay que tener en cuenta que, a diferencia de lo que ocurre en otras religiones, el templo hindú no es concebido como un lugar de reunión de fieles, sino como un hogar para la deidad, por lo tanto, los fieles solo acuden al santuario para ver al icono, o murtis, que la representa y venerarla. Esto hay que ponerlo en relación a la creencia hindú de que la sola visión de la imagen insufla del poder con el que cuenta la deidad en el creyente, es lo que se denomina como darśana.
No es, por tanto, un lugar donde se lleven a cabo celebraciones masivas. Otra gran diferencia es que los templos hindúes no son lugares silenciosos y de meditación, sino que son lugares ruidosos por la gran concentración de gente que va y viene.
A pesar de que en algún punto comienzan a surgir grandes diferencias entre la arquitectura de los templos del norte y del sur, en todos ellos se mantiene una misma característica, la diferenciación entre dos zonas, la sala sagrada donde se instala al ídolo, la garghagriha (sala uterina) y la sala dedicada a los hombres, mandapa. Esta sala principal siempre mantiene unas mismas características, siendo grande y oscura, dando sensación de entrar a una cueva, cosa que nos lleva a los orígenes de los templos.
Uno de los elementos más comunes en los templos hindúes es la existencia de gran número de imágenes en relieve y esculturas exentas, tanto en el exterior como en el interior. Ya veíamos como antes de la construcción de los templos las imágenes e iconos jugaban un papel esencial.
Pero, estas esculturas no son solamente decorativas sino que juegan un papel esencial como elemento de protección mágica hacia el edificio y los rituales que allí se celebran, pues según la creencia, deben de ser protegidos de las fuerzas negativas que acechan.
Gran importancia adquieren, por supuesto, las imágenes de las deidades, pero son varios los motivos iconográficos empleados principalmente con este objetivo protector, entre ellos destacan: seres mágicos como dvarapalas y surasundaris (posiblemente sucesores de los yakshis y las yakshas), guerreros y elementos animales y vegetales.
Los dvarapalas son los guardianes del templo y se les sitúa a ambos lados de la puerta principal con expresiones de fiereza y armados con palos. Se les suele dotar del mismo emblema que el dios al que está dedicado el templo. En algunas ocasiones pueden estar acompañados de los gaṇas, enanos protectores de los tesoros de la tierra, acompañantes del dios Śiva y liderados por el dios Gaṇeśa, su hijo. En muchas ocasiones escenas marciales adornan paredes, zócalos y columnas, especialmente escenas del Mahabharata, la gran leyenda épica.
Las Surasundaris, o bellezas celestiales, también conocidas como Apsaras, son mujeres jóvenes representadas con grandes caderas y pechos y pequeñas cinturas. Se las representa en posturas donde muestran su sensualidad, generalmente en tribhanga (tres curvas), adoptando poses de danza o tocando instrumentos como la vina, los crótalos o tambores (la música y la danza jugaban un papel primordial en el templo y los rituales. Suelen ser las acompañantes de los dvarapalas, denominándose a estas parejas como mithunas, y aparecen en los marcos de las entradas abrazados o en los techos como parejas voladoras. También, en algunos casos, se les representa en posturas sexuales, mostrando así la importancia del sexo como elemento protector, no tanto como asociado a los cultos tántricos. En otras ocasiones representan a las diosas Yamuna y Ganga, personificaciones de los ríos Jumma y Ganges, siendo representadas entonces sobre una tortuga en el primer caso y sobre un makara (bestia marina) en el segundo. También son representadas como shalabhanjikas, mostrándose en este caso aferradas a una rama.
Como decíamos, también juegan un papel de protección importante los elementos vegetales y animales. En muchas ocasiones vemos en los porches de entrada representados elefantes, tanto solos como en procesión, así como también caballos, toros, pavos reales, serpientes, consideradas conectadas con el inframundo y que pueden aparecer con torsos femeninos (nagini) o masculinos (naga), o seres mitológicos como el vyalas o yalis. En torres y parapetos suelen representarse solo las cabezas de estos seres mitológicos, lo que se conoce como kirttimukhas (cabeza de bestia).
En cuanto a elementos florales, destacan especialmente las flores de loto, aunque también se representan otros elementos. Lo encontramos tanto en paredes como en techos, porches, etc.
Además de este tipo de esculturas relacionadas con la protección mágica, es muy habitual encontrar imágenes de las familias que han patrocinado la construcción del templo.
Plano donde podemos observar las dos nave absidial de la Garghagriha  
mandapa con planta cuadrada estancias diferenciadas, Garghagriha
mandapa en el templo de Viṣṇu Trivikrama
Uno de los templos más antiguos conservados, indicativos del origen del esquema de que hablábamos es el templo de Viṣṇu Trivikrama en Ter (próximo a Sholapur, Maharashtra). Muestra cierta influencia del templo budista, siendo de tamaño reducido y ya podemos observar la existencia de los dos cuerpos diferenciados típicos de los templos hindúes, uno donde se instala el ídolo, con una nave absidial cubierta por una bóveda y otra con una sala para los fieles cuadrada, soportada por pilares y con cubierta adintelada, antecedente de las mandapas o salas de oración posteriores. Vemos como en general se trata de un lugar oscuro y angosto, pues no existen ventanas ni puertas excepto la principal, dando esta sensación de gruta.

Templos del norte

A pesar de tener un origen y esquema comunes, en algún punto los templos del norte y del sur comienzan a desarrollar características propias, diferenciándose entre ellos.
En el norte será muy habitual la construcción de templos conocidos como nagara. Siguen estando formados por dos salas pero una de las características principales es el desarrollo de la sikhara o torre, coronada por una kalasha que cubre la garghagriha.
Esta shikhara cuenta con perfiles curvilíneos (representando la imagen de una montaña, pues el templo es el asiento de los dioses, devashthanam) y suele estar rematada por la amalaka, una pieza circular con ribeteado y la kalasha, siendo también muy característico la utilización de arcos de herradura. A diferencia de los gigantescos templos del sur, los nagara son de menor tamaño y, en general, se encuentran en peor estado debido a las múltiples invasiones y ataques que han soportado a lo largo de los siglos.
El icono de la deidad suele estar situado justo en el centro de la sala principal, y desde ella surge un eje vertical invisible que la conecta con el punto más alto de la torre. Los puntos centrales son marcados con nichos donde se instalan iconos alineados con la imagen de la deidad. Esto crea una planta de forma ambulatoria, haciendo que los visitantes paseen alrededor de la imagen principal en el sentido de las agujas del reloj (pradakshina).
La dinastía gupta (siglos IV-VI) fue una de las principales dinastías encargadas de la edificación de los grandes templos del norte. Algunos de los más destacados son el templo de Bhitargaon (s.V) el de Dashavarata en Deogarh (s. VI) y templo de Lakshmana en Sirpur (s. VII).
Relieve del dios Krṣṇa luchando contra el demonio caballo Keshi
El templo de Bhitargaon (distrito de Kanput, Uttar Pradesh) es un ejemplo de templo edificado en terracota, no en piedra. En el podemos observar una shikhara con  perfiles curvilíneos, además de varias esculturas.      
El templo de Dashavatara en Deogarh (Jhansi, Uttar Pradesh), dedicado a episodios de la mitología de Viṣṇu sobre la creación de mundo, se alza sobre una terraza rectangular, y aunque muchos elementos se han perdido, aún quedan grandes estructuras y esculturas. Podemos observar una nave con un solo cuerpo, cubierto por una torre troncopiramidal de 6 metros de altura, la sikhara. A la sala de la deidad se entra por el oeste a través de unas puertas flanqueadas por esbeltas y ornamentadas columnas. También cuenta con cuatro pórticos tetrástilos alrededor de la nave, formando un templo de forma ambulatoria. 
En la región de Bundhelkhand, en el estado de Madhya Pradesh, la dinastía Chandella (siglos X-XII) edificó los veinticinco grandes templos de Khajuraho (siglos X-XI). Una de las principales características es que desde el exterior no se pueden diferenciar claramente las dos estancias. Ambas están cubiertas por un mismo techo y pequeñas torrecitas. Otra diferencia es que el interior es más luminoso que en el resto de templos por la preeminencia de pilares en contra de los muros. Uno de los más exquisitos de todos ellos es el templo de Kandariya Mahadev, que cuenta con una de las mejores shikharas del norte, de 30 metros, además de otras 84 más pequeñas, imitando el perfil del monte Kailash, morada de Śiva, y de sus relieves escultóricos.
En el Estado de Gujarat fue la dinastía Solanki la principal impulsora de las artes. Uno de los templos a destacar es el templo de Surya en Modhera, construido en 1026 por el rey Bhima I. Uno de los elementos que le dan un toque diferenciador es que está dispuesto de tal manera que los rayos de sol van penetrando hasta iluminar completamente la sala principal al mediodía. También hay que destacar los relieves tanto del exterior como del interior, que reproducen deidades ordenadas según la jerarquía celestial y escenas de la vida cotidiana, además de la alberca que preside el patio delantero, rodeada por pequeños santuarios. De la torana o puerta principal se mantienen dos columnas complejamente esculpidadas. Otro elemento destacable es la existencia de un Nritya Mandapa, sala para representaciones de danza.  
Columnas de la torona.
En el Estado de Odhisa encontramos magníficos templos edificados por la dinastía Ganga Oriental. En este Estado los templos son de mayor tamaño que en el resto de los Estados norteños y uno de los elementos a destacar es que la sala de los hombres es de poca altura y está formada por una superposición de elementos horizontales.
De entre ellos destaca el templo de Surya en Konark, a orillas del golfo de Bengala, edificado en el siglo XII por el rey Narasimhadeva. Destaca porque el cuerpo principal fue construido con forma de carro tirado por ocho caballos. Sobre el plinto se esculpieron veinticuatro grandes ruedas y por todo el templo abundan esculturas con temas amorosos, así como imágenes de dioses, demonios, reyes, campesinos, animales (1.700 elefantes), bailarines y músicos. Además, otro elemento a destacar es la existencia de una sala exenta de danza.
La gran imagen del dios sol aparece instalada sobre un carruaje junto a sus esposas y otras deidades.
En el Bhogmandir, la sala de ofrendas, aunque se encuentra en ruinas y ha perdido el tejado, se pueden observar leones vencedores sobre elefantes en la entrada, así como el plinto y los pilares con figuras de músicos y bailarines.
Originalmente el templo contaba con una shikhara de 70 metros que podía verse desde el mar, pero hoy sólo se conserva la base.

Templos del sur

Entre los siglos IX y XIII la dinastía coḷa dominó gran parte del sur de la India tras derrotar a diversas dinastías como la chalukya. Sus dos reyes más insignes fueron Rajaraja I (985-1014) y Rajendra I (1014-1044), siendo los encargados de llevar a cabo una espléndida labor de mecenazgo.
Los templos del sur se caracterizan por el uso de superposiciones, dando una imagen piramidal al templo, además de albergar corredores y salones (mandapas) con multitud de columnas ornamentadas.
Las Vimana son las torres que cubren los templos, incluso ha dado lugar a nombrar como tal al edificio en conjunto. Se trata de cubiertas de forma troncopiramidal formadas a base de superposición de pisos horizontales y coronados por la stupika, una cubierta con bóveda de cañón. Una variante de los vimana son los vesara, que tienen forma estrellada en lugar de cuadrada.
Uno de los templos más destacados edificados por la dinastía chalukya, de mediados del siglo s. VI, es el Templo de Durga en Aihole (Karnataka), construido por el rey Pulakeshin I (535-566). Es un templo atípico porque se trata de un santuario en forma de ábside rodeado por una columna abierta.
Santuario en forma de ábside rodeado
por columnas abiertas y plinto. 
Se eleva sobre un plinto con escalones en uno de los lados que ascienden hacia un porche esculpido con magníficos relieves de mithunas y dvarapalas. En el techo del mandapam destaca un panel donde se reproduce un naga con cuerpo enroscado de serpiente.
 
Un magnífico ejemplo de la posterior arquitectura coḷa es el templo de Chidambaram, en Thanjavur (Tamil Nadu), siglo IX. En este lugar se cuenta que Śiva bailó su danza cósmica, tandava nritya. Se trata de un gran recinto con numerosos santuarios pero el centro neurálgico es el templo de Natarāja. En él destacan un santuario en forma de cabaña con cubierta dorada, una enorme alberca con columnas Śivagaṅgā y cuatro gopuram o shikhara, uno de los cuales representa detallados relieves de los 108 movimientos de manos y pies utilizados en la danza clásica Bharatanatyam.
En el interior hay cinco salas principales (sabhas) cada una con una función específica y en el exterior, junto a la alberca, se edificó un gran espacio de mil columnas destinado a albergar rituales y festivales.
No podemos olvidar otro de los mejores ejemplos de arquitectura coḷa, el templo consagrado a Śiva de Brihadishvara, también en  Thanjavur, situado en el delta del río Kaveri. Construido en granito y completado en el año 1010 por el rey Rajaraja I. Los Dvarapalas de la entrada señalan el camino hacia el sanctasantórum, decorado con frescos. El templo ocupa el centro de un patio rectangular rodeado de santuarios secundarios. Otro de los elementos interesantes de resaltar es la enorme escultura de Nandi, de 6 metros de largo y 25 toneladas de granito, instalada en el Nandi mandapa.
Los templos edificados por los reyes hoysala de Karnataka (siglos X-XIV) se caracterizan por fusionar las shikharas del norte con los mandapam con columnas típicos del sur, además de por sus plantas estrelladas y su elaborada decoración exterior, en muchas ocasiones talladas en un material verde grisáceo.
Escalinata de entrada.
El templo Keshava en Somnathpur es el último de los grandes templos hoysala. Fue erigido en 1258 por el rey Narasimha III en Karnataka y actualmente se conserva en buen estado. Al edificio se accede desde el este a través de un pórtico, alberga tres santuarios y una sala situados sobre un plinto en forma de estrella. La escalinata de entrada está flanqueada por pequeños templetes. El interior de la sala destaca por sus grandes columnas y elaborados techos.

Conclusión

Como conclusión podemos decir que, a pesar de que cada templo desarrolla sus propias características, todos siguen un mismo esquema, desarrollado a través del tiempo con el objetivo de dar preeminencia a la imagen de la deidad que preside el edificio.
Las dinastías reales fueron las impulsoras de la construcción de los templos como demostración de poder, promoviendo todo tipo de artes, pues en la India, como en Grecia por ejemplo, todas las artes se dan la mano. Como hemos visto en todos templos, arquitectura, escultura y danza y música se dan la mano.
Como gran elemento a destacar, decir que todas estas características se siguen manteniendo hoy en día, es decir, se mantiene el mismo esquema de templo, los mismos ritos y la misma importancia en todas las artes. Incluso, se sigue manteniendo la pequeña campanita en la puerta tanto de grandes como de pequeños templos, que los devotos hacen sonar para despertar a las energías.


Bibliografía

-         MAILLARD, Ch., (1993) El crimen perfecto, aproximación a la estética india. Ed. Tecnos,Coleccion Metropolis, Madrid.
          MICHELL, G., (2000) Hindu art and architecture, Thames & Hudson,London. India; El País/Aguilar, Madrid.

                               
El nacimiento del gótico en Saint-Denis.

Por: Ivan Ruiz Larrea, Máster en Ciencias de las Religiones por la Universidad Complutense de Madrid.

Correo electrónico: ruizlarrea@hotmail.com

Ábside de Saint Denis.
Abordamos aquí una breve exposición de lo que el arte gótico ha supuesto para occidente, centrándonos en el aspecto más característico de esta nueva expresión estética que se manifiesta por primera vez en el siglo XII. Su estilo, que se extiende durante más de tres siglos, abarca diversas naciones, y se seguirá representando en la recuperación decimonónica del neogótico, ya que la estética del gótico será paradigma del templo cristiano desde sus orígenes hasta día de hoy.
Es precisamente en sus orígenes donde queremos situarnos y prácticamente donde nos quedaremos, para rescatar el gran cambio que supone este nuevo arte, recuperando en estas páginas lo que en su época supuso una revolución por novedoso. Su nacimiento se remonta a la nueva manera de construir la cátedra desde la que gobierna el obispo medieval, fruto de la transformación del paisaje económico y social, que tiene su base en el resurgir de las ciudades como nuevos centros de la cultura, al irle arrancando a los campos circundantes el bosque y el espacio necesario para abastecer y alimentar a su creciente población. Y será en el noroeste galo donde la prosperidad rural y agrícola hizo posible la nueva forma, irradiando desde aquí hacia toda Francia, Inglaterra, Alemania, Hungría, la Península Ibérica,…teniendo un exponente propio en el caso de las artes figurativas, que irrumpen desde la Toscana a la Europa central, la Provenza y a nuestra Península.
La distancia y separación entre las zonas rurales y las ciudades, que origina una nueva expresión artística, hará de la ciudad el nuevo ámbito del saber, y profundizará en la escisión de la experiencia espiritual entre los monjes y el clero secular. Esto se refleja en la polémica dentro de la estética, que enfrentó a dos abades como fueron san Bernardo de Claraval y Suger de Saint-Denis, si bien es cierto que el primero reconoce la utilidad del uso de los adornos materiales, y el esplendor del oro y las piedras preciosas en las catedrales y las iglesias parroquiales, para excitar la devoción del pueblo, que queda al cuidado espiritual de los obispos, y que será lo defendido por el segundo. Los monjes, quedarán separados del pueblo, ya que su condición de hombres cultos y espirituales no necesitará de tales halagos de los sentidos. Este ámbito de lo monástico, representado por san Bernardo, será el que recoja el desarrollo arquitectónico cisterciense, frente al que se desarrolla el arte gótico.
El nacimiento del gótico en Saint-Denis-en-France trae parejo el ensalzamiento de la soberanía monárquica. En origen Saint-Denis fue un monasterio, luego convertido en el lugar de enterramiento de los reyes y en donde estos colocaban sus emblemas del poder, su corona, y donde se custodiaba el pendón de guerra de la realeza, la oriflama, elemento que el abad Suger elevó a su símbolo máximo. Era en el monasterio donde se oraba por sus victorias y se escribía el relato de sus hazañas.
Alzado de la catedral de Amiens donde se 
pueden apreciar todos los detalles 
arquitectónicos característicos del gótico.
El abad benedictino de Saint-Denis, Suger, pretendió proyectar un monumento real que superase todos los anteriores, y que ensalzase la gloria de Dios, y entre 1135 y 1144, comenzó a reconstruir la iglesia de la abadía, por el honor de Dios, por el de los reyes de Francia (amigo y bienhechor suyo), y por el del patrono de la abadía, san Dionisio, que según se creía resultaba ser Dionisio el Areopagita.[1] Así pues, Suger, concibió el monumento como una obra teológica.[2]
En el centro de la obra de san Dionisio, donde encontró su fundamento el pensamiento y el arte de Suger, se situaba la idea principal de que Dios es luz. La luz inicial, increada y creadora, hace partícipe a todas las criaturas, recibiendo y transmitiendo cada una de ellas la iluminación divina según su capacidad, que, según la concepción neoplatónica de Dionisio, será determinado por el rango que cada uno ocupa en la escala de los seres, determinado por el rango jerárquico en el que el pensamiento de Dios ha colocado a cada criatura. La luz que emana del ser supremo, y que irriga el universo entero, desciende como una cascada desde el Ser invisible y supremo, instalando un orden en un ascenso progresivo gradual hacia la luz, desde las profundidades de las tinieblas. Es por ello que las cosas visibles tendrán propiedades que manifiesten mejor su luz, hasta llegar de lo creado a lo increado, luz de luz.
Las obras de la iglesia comenzaron en el pórtico, pero fue en el coro donde se producirá la verdadera mutación estética, unificando la ceremonia religiosa a través de la unión luminosa, quedando sin edificar por falta de tiempo la nave que une a ambos.
Pero la teología de la luz, que deriva en el cambio arquitectónico que aplicará Suger a esta nueva concepción estética, también afectará a ciertos objetos privilegiados en los que parecía condensarse la irradiación divina.
Las joyas y piedras preciosas cumplirán unas funciones muy complejas por su luminosidad, brillo y fulgor, asociándose a las ideas de las cualidades de la luz que remiten el símbolo de luz-divinidad, siendo que lo luminoso se orienta a la perfección cosmológica presintiéndose la proximidad del Creador. Al mismo tiempo, las cruces, los relicarios, los cálices, hechos en oro y piedras preciosas, aluden al lujo, la riqueza y el poder, apuntando a los promotores y comitentes de las obras expuestas, que participaban así de una idea religiosa que integraba en sí misma todas estas cuestiones.
Todo esto tiene que ver con la idea que se tenía de la Iglesia como la Jerusalén celeste y que encontramos en el Apocalipsis de Juan 21, 10-12.
El Císter insistirá en su idea de huir de esa ostentación de riqueza puesto que para alcanzar a Dios bastaba la meditatio y el recogimiento interior en el ascetismo y la austeridad, ya que la vía anagógica (la que parte de los sentidos) sugiere una idea adulterada de la divinidad. Así San Bernardo declarará de forma crítica que:

La Iglesia resplandece en sus paredes y está necesitada en sus pobres. Sus piedras están vestidas de oro, y sus hijos abandonados en la necesidad.

La Anunciación de Fra Angelico.
Después de Saint-Denis se extiende esta nueva arquitectura por las catedrales francesas: Noyon; Laon, con su innovador rosetón; Chartres, cuna de una de las escuelas estético-matemáticas fundamentales para el paso a las nuevas ideas estéticas, y que inventará la técnica de los arbotantes, que le dotarán a las catedrales de esos aspectos exteriores que nos recuerdan las innumerables patas de ciertos insectos; la magnífica catedral de Notre Dame de París; o las culminaciones estilísticas de Reims y Amiens, donde se llega a una asombrosa cantidad de 10.000 fieles que pueden presenciar la liturgia en su interior, y que casi el noventa por ciento de sus muros son de cristal.
Precisamente es el cristal de las vidrieras, más allá de estatuas, pináculos, arbotantes, bóvedas de crucería y otros elementos arquitectónicos y estilísticos, el que ostenta el privilegio de ser el elemento fundamental para entender el gran cambio que supone el gótico. Los maestros vidrieros, que frecuentemente son maestros en Teología, además de artistas, son el punto más alto en la jerarquía de los trabajadores de la catedral. Se les otorgaba un cuidado y unos salarios como a ninguno, y su labor era vista como la culminación y la razón de la nueva arquitectura, que, de muros delgados y altos, debía de reforzarse una y otra vez para poder sostener los muros vítreos que alcanzaban grandes alturas.[3]
El canciller del cabildo de Chartres, Pierre de Roissy, que dirigía una escuela de Teología, decía hacia el año 1200:

Las vidrieras que están en la iglesia y por las cuales se transmite la claridad del sol, significan las sagradas escrituras, que nos protegen del mal y en todo nos iluminan.[4]

La luz que atraviesa el vidrio sin alterarlo transmite el significado de la omnipresencia divina. Esta misma cualidad de la luz que atraviesa los objetos dejándolos intactos, serviría para explicar algo tan complejo como la concepción de la Virgen María que como observaba el famoso escritor y juglar Rutebeuf:

Lo mismo que se ve el sol cada día que en la vidriera entra, sale y se aleja, sin romperla mientras pasa y pasa, así os digo que queda sin mácula la Virgen María.[5]

Encontraremos esa misma expresión de la luz que toca a María en diferentes representaciones pictóricas como la Anunciación de Fra Angelico o la de Van Eyck
El gótico en su uso de estatuas y de imágenes, en el pórtico, en las vidrieras,… demuestra el fondo de la teología de la encarnación, rindiéndose honor a la eucaristía, siendo gracias a Cristo que el hombre penetra en la luminosidad del santuario. Frente al uso de imágenes, la orden del Císter reaccionará al uso “indebido”, motivado por su idea de que estas desvían de esa forma la verdadera función de las artes, que era el culto, si bien como hemos señalado al principio, san Bernardo reconocía el uso alegórico de la imagen, para poder explicar al pueblo iletrado los dogmas de fe . Por ello, en los monasterios del Císter, cuyos moradores eran conocedores privilegiados de la doctrina, primarán las imágenes abstractas y con cromatismos elementales, a base de amarillo claro y el uso de la grisalla, huyendo de los excesos de imágenes y de la variedad de colores que podían resultar idolátricos.
La identificación entre luz y encarnación que han destacado los especialistas,[6] y que caracteriza la metafísica y la teología que la luz y lo luminoso abrían para el hombre medieval, se halla cerrado para nosotros, ya que al filtrarse la luz por los muros transparentes de las catedrales góticas, hoy en día percibimos, o bien un fenómeno físico, o uno estético, que nos pueden despertar o no una reflexión religiosa. Pero aquellos que estaban acostumbrados, desde antes del siglo XIII, a escuchar al finalizar cada misa el pasaje inicial del Evangelio de San Juan, con su teología de la luz, podían ser conducidos sin dificultad a la visión que unía la Eucaristía con la luz divina, que transformaba las tinieblas que podían envolver a la materia.
Detalle de la vidriera de la Catedral de Chartres
con el árbol de Jesé, línea genealógica
que une a los reyes de Francia con Cristo.
Esta idea de Dios como luz había sido común a diversas y lejanas tradiciones, que van desde el mazdeísmo iraní, pasando por las concepciones del Bel de los pueblos semíticos, y por el Ra de los egipcios. En el platonismo tenía su exponente el sol de las ideas, el Bien, bello y justo, que había sido introducido en el cristianismo, a través de las reinterpretaciones  de las corrientes neoplatónicas de autores como Agustín de Hipona o el Areopagita. También la filosofía islámica en figuras como Avempace o Abentofail transmitirán las ideas de luz y éxtasis, de belleza y fulgor.[7]
Paralelamente al desarrollo del gótico, en la filosofía que encontramos en el siglo XII en Persia de la mano de Shurawardī, conocido por sus discípulos como aš-Šayh al-Išrāq (el maestro de la Iluminación) también encontramos una manifestación deudora del neoplatonismo y de la filosofía aristotélica, y que alude a un Primer Principio de todo, que es Luz Victoriosa, que todo lo ilumina llevándolo a la presencia, haciéndolo existente y cognoscible.
En el desarrollo que supone la escolástica respecto a la doctrina de la luz, habrá dos líneas fundamentales, y que van desde las desarrolladas por Roberto Grosseteste y San Buenaventura, a las que desde una ontología de la forma aristotélica desarrollarán Alberto Magno y Tomás de Aquino. Excede el volumen de esta leve exposición entrar en la explicación de ambas posturas y en los cambios que implican, pero hay que recordar cómo la transformación que va experimentando la teología en los inicios del gótico, influirá de forma decisiva en su propio desarrollo y evolución. Esta evolución tendrá que pasar por diversos momentos decisivos que van a caracterizar la vinculación de una teología centrada en la exaltación de los valores cristianos de unidad en lo divino, y que se hacen abanderados de la lucha contra el dualismo o cualquier escisión doctrinaria. El nacimiento del gótico se encuadra, como hemos ya referido, en la exaltación del abad Suger de la monarquía como autoridad con ascendencia divina. Pero al mismo tiempo el gótico nace en la época en que el abad del Císter creará la orden del Temple y exaltará la misión de las cruzadas contra el Islam.
Todos estos factores, y esa necesidad de la unidad en la luz, que su arquitectura aspira desde la transparencia de sus coloridas vidrieras, desembocaron en la exaltación de la  unidad de la fe, que, superando cualquier escisión que se produzca por herética, penalizará cualquier escisión dualista.
El dualismo queda así completamente anatemizado desde la filosofía y la estética de unidad en la luz, y, al igual que la historia de la unidad arrojaba desde los confines de la historia de las religiones un pasado común, que iría desde tradiciones muy antiguas y que desemboca en el siglo XII, en occidente, en la expresión del gótico; en la misma historia de las religiones, que es la que aquí nos interesa, el dualismo antimaterialista y religioso surgirá nuevamente, muy a pesar de los predicadores de lo uno, bajo la forma de la herejía cátara. Y, si la línea que une el catarismo con los bogomilos, los paulicianos, los maniqueos y los gnósticos, es tan antigua como la de los unitarios, la línea que une las persecuciones y las luchas entre unos y otros también será ancestral, siendo así que el gótico también nace como la expresión que refleja la persecución del momento.
Como destaca Duby en las páginas que nos hablan de los orígenes del gótico:

Hacia finales del siglo XII, el arte románico del sur proponía las formas convincentes de una propaganda visual. Sin embargo, fue el arte de las catedrales góticas el que, en toda la cristiandad, llegó a ser tal vez el instrumento más eficaz de la represión católica.[8]

Bibliografía:

- Borras, G. M. El Arte gótico. Madrid: Anaya, 1990.
- Duby, G. La época de las catedrales. Arte y sociedad, 980-1420. Madrid: Cátedra, 1993.
- Eco, U. Arte y belleza en la estética medieval. Barcelona; Lumen, 1997.
- Nieto Alcaide, V. La luz, símbolo y sistema visual. Madrid: Cátedra, 2006.
- Von Simson, Otto. La catedral gótica. Madrid: Alianza, 1980.




[1] Para una breve referencia de los distintos Dionisios que en la historia de la Iglesia del siglo XII se veneraban y confundían puede consultarse Pradier Sebastián, A. El viaje místico y el simbolismo de la luz: Del Pseudo-Dionisio Areopagita a Suger de Saint-Denis. Factótum. 2007, nº 5, pp. 35-60.
[2] Duby, G. La época de las catedrales. Arte y sociedad, 980-1420. Madrid: Cátedra, 1993. Pg. 105.
[3] Para la descripción de cómo se fabricaban las vidrieras podemos consultar la obra de Theophilus. De diversis artibus. The various arts. Edimbourgh: C. R. Dodwell, 1961.
[4] Nieto Alcaide, V. La luz, símbolo y sistema visual. Madrid: Cátedra, 2006. Pg. 46.
[5] Op. Cit. Pg. 48.
[6] Véase por ejemplo Von Simson, Otto. La catedral gótica. Madrid: Alianza, 1980. Pp. 74 y ss.
[7] Eco, U. Arte y belleza en la estética medieval. Barcelona; Lumen, 1997. Pg. 62.
[8] Duby, G. La época de las catedrales. Arte y sociedad, 980-1420. Madrid: Cátedra, 1993. Pg. 135.
La mezquita en el Islam

Por: Carmelo Morales Marcos, Doctorando en Universidad Complutense de Madrid.

Correo electrónico: karmelo7777@hotmail.com

La mezquita de Medina

A lo largo de estas páginas, voy a explicar y desarrollar entre otras cosas, las funciones que tiene la mezquita en el Islam, atendiendo principalmente a su aspecto religioso, pero también, sin dejar de lado, otros aspectos de interés e importancia como pueden ser la mezquita como lugar de enseñanza, o bien, como lugar donde se imparte justicia, también como lugar de reunión, de meditación y, entre otras de sus múltiples funciones, como estancia más o menos prolongada. También trataremos su aspecto político y, por supuesto su aspecto artístico. Voy a comenzar por el aspecto que más nos incumbe: el aspecto religioso. Por eso a este aspecto le dedicaré algo más de atención, tiempo y espacio que a los otros.
Los cinco pilares del Islam son: testimonio de fe, oración, limosna, ayuno de Ramadán y peregrinación a Meca. La oración (salat) es el segundo de estos pilares. La oración tiene que pronunciarse en un lugar libre de impurezas, cumpliendo este requisito puede ser en cualquier parte, aunque el espacio más idóneo para orar es la mezquita, sin que tenga carácter obligatorio. Pero no hay que olvidar que está concebida también para otros fines; reunión, clases, lectura y descanso. Para rezar el fiel debe orientarse hacia la Meca, sobre una alfombra, pues al no conectar con el suelo se considera algo más puro, o bien, sino no se posee dicha alfombrilla, en un suelo muy limpio. Cuando los musulmanes desean rezar juntos forman hileras. La sala de la mezquita donde lo hacen se llama Haram. Las mujeres nunca se colocan en las mismas hileras de los hombres. Es en el momento anterior a la oración cuando se llevan a cabo las abluciones, que tienen carácter obligatorio. Estas se hacen en la fuente que está situada en el patio (sahn). Los hombres se deben de vestir modestamente y las mujeres solo pueden dejar desnudas la cara y las manos. Muy importante es que a la oración la preceda la intención íntima del creyente, con una verdadera voluntad de orar.
El mihrab es un nicho que está en la quibla, muro de la mezquita que señala la dirección de la Meca. Al lado de este nicho se sitúa un púlpito, cuyo nombre es almimbar y es desde donde se pronuncia el sermón de la oración del viernes. Las mezquitas también poseen una torre elevada que se llama alminar, donde se sube el muecín, que es el encargado de llamar a las cinco oraciones del día, que son; al alba, del mediodía, de la tarde, de la puesta del sol y de mitad de la noche. Las oraciones rituales se pronuncian en árabe en todos los países islámicos, mientras que en el sermón se emplea el idioma local. Hay plegarias conjuntamente celebradas en las mezquitas, estas son: las oraciones que se celebran con motivos de las dos grandes fiestas islámicas; la oración del viernes; la fiesta del sacrificio o fiesta grande que se celebran tras los días señalados tras la peregrinación a la Meca y conmemora el sacrificio de Abraham de su hijo Ismael (en la biblia será Isaac el sacrificado); y la que se celebra al final del Ramadán, llamada fiesta de la ruptura del ayuno. Las mujeres no están obligadas a acudir a la mezquita durante estas celebraciones, pero si lo desean pueden acudir.
Lo importante a tener en cuenta es que la oración no es una acción piadosa recomendada a los creyentes, sino una obligación ineludible que debe ir precedida de un ritual de purificación. Esta obliga a hacer un lavatorio de manos, cara, boca y pies. Según el Corán, se permite la ablución con tierra polvo o arena si no existe una fuente de agua[1]. La oración debe realizarse cinco veces, no solo en la mezquita, sino en cualquier lugar donde se encuentre el creyente. La recomendación de la oración aparece en el texto coránico[2], sin embargo la concreción en cinco oraciones procede de un hadiz. Aunque es un mandato de cumplimiento individual, la tradición atribuye un carácter especial a la oración comunitaria, según el Corán[3]. La mezquita se reserva para la oración comunitaria de los viernes. Esta puede ser dirigida por un imam y suele ir acompañada de un sermón (jutba) en el que se comenta algún pasaje coránico, poniéndolo en relación con alguna cuestión de la vida cotidiana que pueda resultar de orientación moral a los asistentes. En la actualidad los sermones de algunas mezquitas notables se transmiten por los medios de comunicación, se graban y se pueden encontrar fácilmente en los comercios del mundo musulmán. Algunos de estos textos se pueden también encontrar en páginas de internet. El cargo de imam está reservado a los varones, pero en algunos países musulmanes, recientemente al menos la jutba, la han pronunciado mujeres, aunque no es habitual.
La mezquita de Abu Dabi,
considerada la mezquita más lujosa del mundo.
En cada una de las horas en las que ha de realizarse la oración, se convoca a los fieles desde el alminar de la mezquita. Los almuédanos encargados de llamar a la oración se seleccionan minuciosamente entre hombres de hermosa y potente voz y lanzan su llamada con una melodía especial. En la actualidad en muchas mezquitas se realiza la llamada a la oración con la voz del almuédano grabada y emitida desde potentes altavoces, lo que sin duda es muy eficaz porque la voz llega más lejos, pero tiene menos encanto. La oración comunitaria de los viernes es una recomendación, pero no significa el cese de las actividades ese día, aunque poco a poco se ha ido convirtiendo en muchos lugares en día no laborables. La mezquita es sobre todo un lugar de reunión para la oración. Además del patio y la fuente para las abluciones, está la sala de oración, orientada hacia la Meca que marca el muro de la quibla con el mirhab. Las mezquitas mayores de las ciudades reciben el nombre de aljama, son las que puede albergar un mayor número de fieles para la oración comunitaria de los viernes. En muchos lugares anejos a estas dependencias de la mezquita existe un edificio con sala propia de oración, celdas para la habitación, biblioteca, sala de estudio y refectorio, que recibe el nombre de madrassa, que significa lugar de estudio, donde se concentran, dirigidos por uno o varios maestros, los aspirantes a expertos en ciencias religiosas. Las mezquitas pueden estar lujosamente decoradas, sobre todo en el interior, por medio de azulejos, yeserías, maderas nobles o mármoles jaspeados, pero siempre con motivos florales, geométricos o calígrafos, ya que Dios no puede ser representado por ser su naturaleza totalmente distinta a la de cualquier ser creado. El amueblamiento interior se completa con lámparas y algunas muy costosas. El suelo aparece siempre cubierto por las esteras o alfombras para que los fieles puedan postrarse. No solo posee un valor simbólico la gestualidad en la oración musulmana, sino como en tantos otros rituales, de expresión de la entrega a Dios en cuerpo y alma, pero este sentido también lo poseen tanto judíos como cristianos.
Entre el grueso de la población se ha entendido como señal de devoción extrema, el tener un callo en la frente de tanto prosternarse, eso ha llevado a muchos fieles a hacer sus oraciones con un guijarro sobre el que apoyarse, favoreciendo que ese cayo salga con más facilidad y de esta forma parecer más devotos. Pero muchos tratadistas consideran estas prácticas de falsa piedad y exageradas. Existen muchos tipos y formas de oraciones, entre las oraciones más populares, o dicho de otra forma, la oración por excelencia, la constituye la azora al-Fatiha, primera del texto coránico, el creyente colocado en su presencia, le pide a Al-lah que le conduzca por el mismo camino por donde ya han transitado anteriormente los elegidos, es decir, por el camino recto.
Como mientras dure el ramadán los musulmanes deben ayunar durante el día, al ponerse el sol, tras la cuarta oración del día, los fieles se reúnen en las mezquitas para las cenas comunitarias. Las mezquitas invitan con frecuencia a los miembros más pobres de sus comunidades a compartir los alimentos tanto al inicio como al final del ayuno, ya que practicar la caridad durante el ramadán es considerado especialmente honorable en el Islam. Una mezquita localizada en un área con baja densidad de población se convierte a menudo en foco de atracción para los musulmanes, que pueden llegar a cambiar sus lugares de residencia y de trabajo para estar cerca de la mezquita. La mezquita, como hemos dicho, es fundamentalmente el lugar donde los musulmanes van a rezar,  pero también se utiliza para otras funciones, como lugar de reunión, de enseñanza e incluso de descanso. Otra función primordial de las mezquitas, es la de albergar instalaciones educativas dedicadas a enseñar tanto la doctrina islámica como conocimientos generales. Estas mezquitas acogen generalmente a estudiantes de los niveles de educación primaria y secundaria; unas pocas ofrecen también enseñanzas de educación superior. La lectura del Corán y la enseñanza del idioma árabe son comunes en las mezquitas situadas en países donde el uso del árabe no está muy difundido. Las clases dirigidas a nuevos musulmanes acerca de los fundamentos de la fe islámica son también frecuentes, especialmente en Europa y en los Estados Unidos, donde el Islam es la religión de crecimiento más rápido. Las madrassas también están disponibles para que los musulmanes estudien para convertirse en eruditos o en imanes.
También se utiliza comúnmente la mezquita como lugar de reunión. Las mezquitas organizan  eventos y cenas para conseguir el dinero necesario para sus actividades o, simplemente, para reunir a la comunidad. Los patios de las mezquitas se emplean muchas veces para realizar reuniones sociales; son comunes entre las mezquitas los bazares donde los miembros de la comunidad pueden comprar mercadería islámica.
Otra función de la mezquita sería la política. Desde finales del siglo XX, ha aumentado el número de mezquitas usadas con fines políticos. Hoy en día, las mezquitas del mundo occidental promueven la participación cívica. Debido a su importancia en la comunidad, las mezquitas han sido campo para promover el activismo político, para resolver o promover conflictos y para enseñar las ideologías islámicas. En los países donde los musulmanes abarcan solamente una minoría de la población es más probable que se utilicen mezquitas como manera de promover la participación cívica que en los países de mayoría musulmana. En la actualidad, los conflictos sociales relacionados con las mezquitas tienen lugar sobre todo en Irak, cuya población se reparte entre sunitas y chiitas. La violencia entre las dos ramas del Islam ha llevado a numerosos atentados contra mezquitas. Otras funciones de la mezquita serían: para recibir dignatarios y delegados, venían para conocer y negociar un tratado o concluir arreglos. También la mezquita para los que no tienen hogar; la mezquita como lugar de enfermería; para impartir justicia y como lugares de reunión.
Hoy en día la mezquita tiene entre sus estancias: una sección para mujeres musulmanas con cortinillas o algún otro tipo de separación. La ley islámica, exige que hombres y mujeres permanezcan separados en la sala de oraciones; en teoría, las mujeres deben ocupar las filas detrás de los hombres. Mahoma prefería que las mujeres oraran en sus hogares en lugar de en las mezquitas: según un hadiz dice: "Las mejores mezquitas para las mujeres son las habitaciones interiores de sus casas." El segundo califa, Umar, llegó a prohibir la asistencia de mujeres a las mezquitas y les exigió que rezaran en sus casas. Muchas mezquitas actuales ubican a las mujeres detrás de un tabique o en una sección separada del resto de la sala de oración. Las mezquitas del sur y sureste asiático sitúan a hombres y a mujeres en habitaciones separadas, puesto que estos espacios separados fueron construidos hace siglos. En casi dos tercios de las mezquitas de los Estados Unidos, las mujeres oran detrás de tabiques o en áreas separadas, no en la sala de oración principal; algunas mezquitas directamente no admiten mujeres. Las mujeres están sujetas a otras restricciones en las mezquitas. De acuerdo a algunos hadiz, no deben estar perfumadas; según otros, deben salir de la mezquita antes que los hombres.
También existen en las mezquitas estancias como una biblioteca, un cuarto de lectura, un salón de conferencia y un salón de función social; un lugar para enseñar el Corán y enseñar a los niños en diferentes materias; un lugar de recreo; una pequeña clínica para trato de emergencia; y facilidades de alojamiento para los huéspedes. Según la mayoría de las interpretaciones de la ley islámica, está permitido que los no musulmanes entren en las mezquitas, siempre que no duerman ni coman allí; discrepan de este punto de vista los seguidores de la escuela malikī, quienes afirman que no debe permitírseles entrar bajo ninguna circunstancia.
Disposición de una mezquita.
A continuación pasamos a hablar de la mezquita en cuanto edificio artístico:

1.- Mihrab: es un pequeño nicho abierto o habitación en el muro de la quibla. Marca un lugar sagrado, elemento simbólico que indica el lugar donde Mahoma oficiaba como Imam de Medina. No es un lugar sagrado en sí, lo sagrado es el lugar donde indica. 
2.- Quibla: No es otra cosa que el muro orientado hacia la Meca.
3.- Maqsura: Es una parte del oratorio destinada a la oración del Califa o los grandes jefes musulmanes, así que únicamente se realizan en la mezquita aljama o del viernes. Su aparición es consecuencia de los atentados que sufrieron muchos califas durante la oración, así que Moawiya decidió aislar un espacio para evitar peligros, protegido entre su guardia personal.
4.- Mimbar: púlpito con escalones, situado a la derecha del mihrab, generalmente de madera, donde se sube el Imán y se pronuncia la Jutba o sermón, que políticamente era muy importante porque se mencionaban a los gobernantes o soberanos como muestra de autoridad. Tiene un elemento particular, el Imam no puede subirse al último escalón, el más decorado, porque está reservado para el profeta, es el símbolo de la Cátedra o Trono de Mahoma.
5.- Haram: Parte cubierta u oratorio, más o menos profunda, extendida a lo largo del muro de la quibla, es donde los creyentes oran y hacen sus prosternaciones.
6. – Iwan: Pórtico hacia dentro en mezquitas, uno en el centro de cada lado. Es un elemento que deriva de los sasánidas y su fin es monumentalizar las fachadas. Solo aparece con los abbasíes, por lo tanto no se verán en Al-Ándalus.
7.- Sahn: Parte descubierta o patio, generalmente rodeado de pórticos o riwaqs.
8.- Fuente de ablución: es la fuente situada en pleno patio, puede llegar a tener un templete que la proteja. Ningún musulmán debe pisar la mezquita sin haberse purificado.
9.- Alminar: es la torre donde se sube el almuédano o Muecín para llamar a la oración, invocando a Alá. Con las grandes dinastías se usa como símbolo de poder, cuanto más alto y grande tanto y más poderoso. En los primeros tiempos se realizaban de forma prismática, pero evolucionaron.
También en su parte artística hay una gran variedad de tipologías de mezquitas.
1.-Tipología según estructuras. De este tipo hay tres:
A - Mezquitas con sala hipóstila; 1) Mezquita inserta en un cuadrado o rectángulo, mitad patio o sahn y mitad oratorio o haram. 2) Mezquita inserta en un cuadrado rectángulo, mitad patio o sahn y mitad oratorio o haram. Las naves con desarrollo longitudinal, típico de occidente. Un ejemplo claro sería la Mezquita de Córdoba.
B-Mezquita del patio central al aire libre con cuatro iwanes a cada lado.
C-Mezquita en planta central cubierta con cúpula, que sigue el modelo de la basílica bizantina de Santa Sofía. Un ejemplo sería la Mezquita Azul o del Sultán Ahmed de Estambul.

2.- Tipología según la funcionalidad. De este modelo hay tres tipos: A) Mezquita aljama o del viernes. Mezquita congregacional y mayor que reúne todos los elementos característicos. B) Mezquita menor o de barrio. Localizadas, como su propio nombre indica, en barrios de las ciudades, siendo su tamaño proporcional al número de habitantes. C) Kubba. Son oratorios de carácter privados o construidos por una persona. Tiene planta cuadrada, una cúpula y está abierta por los cuatro lados. También están los Musaia, Oratorios al aire libre que no necesitan estructura arquitectónica. Existían en todas las ciudades musulmanas.
La prohibición de representar la figura humana constituyó un serio obstáculo para la escultura y la pintura, y convirtió a la arquitectura en la más destacada de las artes. Pero esta prohibición es bastante posterior a Muhammad y no se formula en el Corán. Los musulmanes fueron verdaderos expertos en el marfil, la cerámica o cristal de roca. Los edificios musulmanes raramente son de piedra, se prefiere la mampostería o el ladrillo y todos aquellos materiales pobres que más tarde serán revestidos con yeso. El soporte más utilizado es el pilar de ladrillo y la columna reaprovechada. El arco más repetido es el apuntado en oriente y el de herradura en occidente. La decoración es uno de los fuertes del arte islámico, se caracteriza por el gusto por la exuberancia y la variedad: Puede ser geométrica, como la lacería; vegetal, como el ataurique; epigráfica, cúfica o nesfí; por último tenemos los mocárabes, que son prismas que tienen el aspecto de estalactitas.
Como conclusión vamos a hacer mención a algunas de las mezquitas más importantes: A) Mezquita de la Meca: Es la mezquita más importante y santa del Islam. Está en Arabia Saudí y representa el lugar sagrado y de peregrinación religiosa más importante del Islam. Es la «casa de Alá» y hacia ella orientan su rezo los musulmanes de todo el mundo. La peregrinación es uno de los cinco pilares del islam. Todos los años, millones de peregrinos musulmanes acuden a la Meca, lugar de nacimiento del profeta Mahoma. Nacido hacia el 570, solo los seguidores de Mahoma tienen acceso al recinto de La Meca, y únicamente quienes se encuentran en estado de pureza ritual pueden posar sus pies en el interior de la Gran Mezquita y acercarse a la sagrada Kaaba que es una construcción con forma de cubo. Sin embargo, no es objeto de adoración en el Islam, pues los musulmanes adoran única y exclusivamente a Alá. B) Mezquita de Medina, es la segunda mezquita más santa del islam después de La Meca. En esta mezquita está enterrado Mahoma. La mezquita original fue construida por él. C) La mezquita de Al-Aqsa: Al lado de la Cúpula de la Roca, en Jerusalén, es la tercera más santa del islam. La Mezquita de Al-Aqsa es parte del complejo religioso de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. La tradición musulmana establece que el profeta Mahoma subió al cielo desde la explanada el año 621, esto supone que esta mezquita es el tercer lugar más importante para el islam. D) Por nombrar otra, sería la Mezquita de la Roca o Cúpula de la Roca, es un monumento islámico situado en Jerusalén, en el centro del Monte del Templo. Los musulmanes creen que la roca que se encuentra en el centro de la Cúpula es el punto desde el cual Mahoma ascendió a los cielos para reunirse con Dios, acompañado por el ángel Gabriel. Los judíos afirman que ese lugar fue donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac por orden de Yahveh, donde Jacob vio la escalera al cielo, según los relatos del Génesis. Aquí también se ubica el Muro de las Lamentaciones de los judíos, dando lugar a numerosos conflictos.

BIBLIOGRAFÍA:

- El Corán: traducción de Juan Vernet.
-Textos fundamentales de la tradición religiosa musulmana: Monserrat Abumalham.
-De religión de los árabes a religión universal: Monserrat Abumalham.
-Historia del Arte: Juan Antonio Ramirez.
- Arte bizantino y del Islam: I. Bango y Borrás.
-El arte islámico: A. Jiménez Martín.
-Historia del arte. La Edad Media: Juan Ramón Triado Tur.




[1] Corán: Azora IV, 43
[2] Corán: Azora IV, 142 y Azora II, 238, 239.
[3] Corán: Azora LXII, 9-10.