martes, 2 de junio de 2015

JUNIO 2015

"De Dioses y Hombres" es un blog de investigación sobre Ciencias de las Religiones y Mitología, coordinado y dirigido por el filólogo clásico de la Universidad de Costa Rica José Marco Segura Jaubert y el doctorando de la Universidad Complutense de Madrid Carmelo Morales Marcos.
Nuestro colaborador el doctorando Alejandro Tenorio nos cuenta en esta segunda parte como desde Schopenhauer, el sistema de la búsqueda hacia dentro de la persona, propia del budismo, termina por cambiar al ser humano para cambiar nuestro planeta. Ramadán Ibrahim, en esta segunda parte de su artículo nos sigue profundizando sobre la doctrina de Zaratustra, religión antigua de Irán y una de las más caladas en el Imperio Persa.
Kenneth Zapata, nos habla sobre la importancia de la invocación a las Musas dentro de la literatura arcaica griega. Esperamos lo disfruten. 




Schopenhauer y el budismo, 2ª Parte

Por Alejandro Tenorio Tenorio

Correo electrónico: alejante@ucm.es
           
Sobre el Triple Entrenamiento.

Monjes alrededor de la imagen de Buda.
Se trata de un entrenamiento ético, mental y de desarrollo de la sabiduría por medio de la Óctuple Vía o Sendero del auto-desarrollo que lleva al estado del despertar. La meta de todo aspirante budista es el nirvana o experiencia última de la liberación y que conlleva la más alta felicidad. Ese Noble Sendero Óctuple se recorre observando y practicando las siguientes iniciativas:
1) La recta comprensión de la existencia fenoménica: todo está sometido a enfermedad, vejez y muerte y, por tanto, a transitoriedad. Todo fenómeno es impersonal.
2) El recto pensamiento: alcanzar una mente limpia renunciando a lo insano y perverso.
3) La recta palabra: evitar la maledicencia, la infamia, la charla fútil o de poco aprecio, la mentira y la difamación, haciendo uso de palabras sinceras, nobles, amables y ecuánimes.
4) La recta acción, donde se incluyen cinco preceptos: no dañar ni matar, no robar, evitar la lujuria o el desenfreno sexual, no mentir y no consumir drogas ni bebidas tóxicas.
5) La recta forma de vida: hay que evitar las acciones nocivas como el traficar con armas, con seres humanos, tráfico de órganos, venta de bebidas alcohólicas, sustancias tóxicas. También considera profesiones equivocadas la de soldado, pescador, cazador y todo lo que atente contra la vida, así como la usura y el enriquecimiento injusto.
6) El recto esfuerzo: tratar de evitar los pensamientos perniciosos y suscitar estados mentales y pensamientos positivos y saludables.
7) La recta atención mental: cultivar la atención mental y vigilar la mente, la palabra y los actos, viviendo intensamente cada momento. La atención constante es un factor liberador importantísimo pues lleva a la comprensión clara y al análisis profundo.
8) La recta concentración: hay que aprender a dirigir la mente y concentrarla por medio de los ejercicios de meditación hasta alcanzar grados elevados de absorción mental lo que conduce al conocimiento intuitivo.

De la doctrina del Karma

Del Karma, de nuestras acciones y sus consecuencias o efectos, depende el número de reencarnaciones y también su cualidad, esto es, la naturaleza de éstas.
Tal vez el sentido profundo de esta idea es la interconexión general de todos los actos humanos y sus efectos y repercusiones, tanto a nivel individual como universal. Por mor de esa generalizada interdependencia, existen múltiples líneas o vías de causación en todas direcciones, que constituyen un tejido imprevisible e indisoluble de efectos. Los occidentales llamamos Destino a esa ley ciega, anónima e implacable que determina el estado de cosas o las circunstancias vitales de los individuos y en función de su comportamiento obtiene una retribución moral positiva o negativa.

La doctrina del Karma permite dar una explicación de los condicionamientos físicos o históricos de la existencia por una misma ley que es a la vez de orden natural y moral y cuyo curso depende en cada momento de la conducta de los individuos en sus existencias anteriores. De ahí que el mundo fenoménico existe a causa de esa masa de Karma que se tiene que retribuir. En la hipótesis ideal de que todos los hombres anularán su Karma o negásemos la voluntad de vivir por el ascetismo y la quietud espiritual, el mundo fenoménico se acabaría, la historia terminaría y el Nirvana se convertiría en la condición universal de toda existencia. 
Arthur Schopenhauer
La conclusión es que el budismo califica de ignorante, de insensato, a todo el que se deja arrastrar por el puro deseo de vivir al considerar a éste como dolor. Esta doctrina afirma que la existencia, cuando se la comprende desde la sabiduría, no es otra cosa que dolor. Y en esto contrasta con el modo occidental de pensar y de vivir.

Sobre la Dukkha o “dolor”

La palabra sánscrita Dukkha, “dolor”, tiene una complejidad semántica mayor que la que pueda expresarse con los vocablos “sufrimiento”, “pesar”, “aflicción”, “miseria”, etc. Dukkha connota irrealidad, vacío, inestabilidad de las cosas que nos rodean y de nuestra propia vida.
Todos tenemos la experiencia de la constante transformación del mundo que nos rodea y de nosotros mismos (Heráclito: afirmación del cambio constante, del devenir de la realidad; todo fluye. El Cosmos siempre fue, es y será fuego eterno por la tensión entre contrarios. Y esa guerra está regida por una Ley universal, el Logoso razón, que conduce a la armonía). No solo las personas y las cosas son inestables, sino también las ideas, los valores, los principios… todo está destinado a desfigurarse, disolverse y transformarse.
La convicción budista de que la existencia es dolor no parece que pueda quedar reducida a una mera visión nihilista que se regodea en la inanidad de los seres e en los aspectos negativos de la existencia como la enfermedad, la vejez y la muerte.

La Sabiduría budista: entreveros del Oriente.

Estatua de Siddharta Gautama (Buda).
¿En qué consiste la Sabiduría budista? Cualquier oriental definiría la Liberación como interrupción de la Ley del Karma mediante la Iluminación o Nirvana. Sin embargo, la semántica de Nirvana encierra una dificultad que no facilita su análisis. Para el budista, el salir de la ignorancia, el lograr la sabiduría, no es, como para los occidentales, sólo un proceso mental, sino que incluye también y fundamentalmente la práctica de la virtud, especialmente la de no hacer daño. A lo que aspira no es a una sabiduría como conocimiento, sino a un estado incondicionado en el que desaparece o cesa el deseo de vivir y se neutraliza toda acción y sus efectos, quedando ya fuera del ciclo de las reencarnaciones.

La influencia del hinduismo en el budismo: Atman y Brahman

El Vedanta está más próximo a nosotros que el budismo en su concepción de la sabiduría, pues para el hindú Sankara, por ejemplo, la liberación consiste en el reencuentro final del individuo con su yo más profundo, con su ser auténtico tras sobreponerse al espejismo del velo de maya[8] y comprender la vacuidad del mundo.
Las Upanishads hablan continuamente de la identidad de Atman y BrahmanAtman es un pronombre que significa “yo mismo”, y Brahman, designa “lo absoluto”. Y así señalan la posibilidad para el individuo de identificarse con lo absoluto y encontrar en él el verdadero valor y plenitud de su ser.
Este planteamiento tan europeo lo podemos encontrar en el sistema Idealista de Hegel o en su versión invertida de éste, el materialismo de Marx. “Yo soy lo absoluto, lo absoluto soy yo” se lee en las Upanishads. Ese yo auténtico y liberado no es el yo subjetivo y empírico, sino que alude y referencia a una realidad más profunda que conduce a ese lugar metafísico anterior a la actualización del individuo. Es decir, el “yo mismo” que el hinduismo llama Atman es, realmente, el sustrato impersonal todavía no individualizado en las personas y, por tanto, la fuente transpersonal e indiferenciada de la que surge la personalidad.
El Atman, mi “yo mismo”, indiferenciado e interior que constituye muestro ser más profundo, es el paso en nosotros de lo absoluto sin dualidad. Mi “yo mismo” está en todo y “yo mismo soy el absoluto”, pues el yo más verdadero es ese instante metafísico en el que el ser humano se interioriza hasta el punto en que diluye en el absoluto que él mismo es.

El contexto de la cultura Vedanta de Sánkara
           
En ese contexto, el yo personal y empírico, sometido a la Ley del Karma que rige el mundo fenoménico y el ciclo de las reencarnaciones, no es más que un envoltorio que desfigura el yo verdadero. Mientras el karma mantenga el disfraz, el envoltorio, la ganga, el Atman, “el yo mismo” quedará prisionero en el ciclo de Samsara (de las reencarnaciones). Con el control y dominio del Karma, se produce la Liberación. En las Upanishads este es un proceso de conocimiento. No es un aumento de conocimiento discursivo (que implica la dualidad sujeto-objeto), sino de un proceso de interiorización místico, de inmersión en la zona metafísica del absoluto, donde la Ley del Karma queda desactivada.
Este conocimiento es “reminiscencia”, “rememoración”, anamnesis, “recuerdo”, “reconocimiento” de lo absoluto en el fondo de nosotros. Esta es la gnosis en la que se desvela y actualiza la conciencia plena de nuestra identidad con un absoluto impersonal. Desde este punto de vista, las analogías del Vedanta de Sankara con el pensamiento occidental son perceptibles: desde Platón a Heidegger, pasando por Descartes, Hegel o Schopenhauer. En todo caso, se entiende la Liberaciónaquí como una reintegración del yo más profundo, el Atman-Brahman, al ser verdadero; de una Liberación que recupera el yo profundo y trascendental al abandonar el yo particular y empírico a la inanidad e inconsistencia, lo que implica su vinculación con el mundo fenoménico.

El concepto de Liberación en Buda

En contraste a esta visión del Vedanta de Sankara, el budismo ofrece un planteamiento muy diferente acerca de la Liberación.
Buda niega la noción védica de Atman y los conceptos equivalentes hinduistas y jainistas[9], como Sattva (‘ser vivente’), Jiva (‘cosa viviente, alma, mónada vital’), Pugdala (‘sustrato de la personalidad’), etc. porque ve en ellos una de las raíces esenciales del querer-vivir, las huellas de una búsqueda egoísta capaz de encadenarnos sutilmente a la vida transmigrante más que liberarnos de ella.
De facto, para el budismo, la peor forma del deseo que existe y la que más Karma produce es, paradójicamente, el deseo de absoluto. Para Buda, no existe ningún yo (el disfraz, la ganga, el envoltorio, el Atma de Vendata) que tenga que liberarse del mundo fenoménico accediendo al absoluto.
           
El rechazo budista de Atma y defensa del fenomenismo radical

El budismo rechaza cualquier concepto de yo (Atma) y defiende un fenomenismo radical. No solo mantiene la existencia de un devenir fluyente e incesante de las cosas (Heráclito), sino que va más allá de la filosofía heraclitea y niega que el constante fluir de la existencia se produzca sobre elementos permanentes que se transforman y cambian.
Esta metafísica radical del constante fluir hace problemático comprender al individuo humano, porque el hombre, sobre ese trasfondo fluyente, en constante devenir, solo se entiende como el simple encuentro fugaz e inestable en cada momento de las fuerzas llamadas agregados (Skandha) en que se clasifica la experiencia individual de cada persona. El individuo es visto como un complejo cuerpo-mente de procesos interdependiente (dharmas[10] o ‘unidades básicas de un fenómeno’).

Los Cinco Agregados Cinco Skandhas

Los agregados o Skandhas son los cinco elementos con los que la mente de válida para crear la ilusión del Yo, del Ego, y sumir al hombre en la Ignorancia, a saber:
a. Los contenidos de la sensibilidad (percepción corporal), es decir, Forma y cuerpo (rūpa): incluye no solo el cuerpo en sí, sino además la propia imagen que la persona se hace de éste;
b. Sentimientos y sensaciones (vedanā); esto es, los afectos de la emotividadson los datos (o información pura) que se reciben a través de los cinco sentidos y también a través de la mente. Pueden ser agradables, dolorosos o neutros.
c. Percepción y memoria (en sánscrito sangñā,): es el registro que se hace de esos estímulos sensoriales puros que la persona convierte en objetos reconocibles y distinguibles. Los pensamientos e ideas también se consideran objetos. Se trata de la percepción del mundo por medio de la memoria y la imaginación (recuerdos e imágenes);
d. Estados mentales (en sánscrito samskāra): los deseos conscientes e inconscientes, y
e. Conciencia (en sánscrito vigñāna). Es un acto de atención o respuesta de la mente en el que el conocimiento del objeto se hace consciente en nosotros. La conciencia desaparece y resurge cambiada de un instante a otro y actúa de manera discriminatoria y parcial ya que existe un aferramiento a lo percibido como deseable, un rechazo contra lo no-deseable e indiferencia a lo neutro. Este constante movimiento genera insatisfacción o sufrimiento al no poder controlar cómo esos objetos percibidos aparecerán: conocimiento de discernimiento y objetivación.
Los Cinco Agregados son inestables y perecederos. Por eso en ninguno de ellos se podrá encontrar la esencia del ser o del yo. La ascética budista busca conseguir que el practicante llegue a darse cuenta de manera constante cómo operan los procesos de los Cinco Skandhas. Esto constituye un cultivo (bhavana) de la mente.

Funcionamiento de los Agregados. Sus interacciones: la ilusión de un yo sustancial y su identidad cambiante.

Todo lo que constituye la individualidad de la persona es solo la concordancia transitoria y puntual de todos aquellos componentes cuyo funcionamiento combinado permiten al hombre representarse el resultado de su propia actividad mental.
A lo largo de una vida, aquellos agregados funcionan interaccionándose de modo que produce la creencia de una sustancia estable, un principio de identidad o yo esencial como soporte. Sin embargo, de hecho, ese yo sustancial no posee mayor realidad que la de un todo combinado, cambiante y provisional, de fuerzas, de actividades o de funciones.

El Nirvana: una liberación sin sujeto liberado.

Es justamente esa ausencia de Yo (Atma) lo que implica tanto el dolor como la posibilidad de salvación. El budismo proclama una liberación sin sujeto liberado, pues bastaría romper un eslabón de la cadena de la ignorancia que nos hace creer en el yo para que el encadenamiento cesara. Y el estado que resultaría de ahí sería el Nirvana: una liberación sin sujeto liberado, al igual que plantea un proceso de reencarnación sin alma que se reencarne, desde el momento en que, desde su perspectiva, esta vida funciona sin el soporte de ningún tipo de entidades sustanciales (ni Atman ni Brahman). Y como ese funcionamiento consiste en una interacción de fuerzas, de energías (nuestros órganos), considera que cuando el organismo muere, las energías quedan detenidas, las fuerzas no se interfieren, aunque tampoco perecen.
De modo que si durante la vida no hemos neutralizado, por medio de la ascética, el deseo del querer vivir (energía que alimenta esa interacción de fuerzas de las que nacen nuestros pensamientos, sentimientos, esperanzas, sensaciones, acciones y voliciones diferentes), y si, por el contrario, hemos alimentado su energía, esas fuerzas anónimas, impersonales, continuarán funcionando y provocarán un renacimiento, una reencarnación, por lo que no se alcanzará el Nirvana al no haber logrado, mediante las vías adecuadas, desenraizar y arrancar de nosotros el deseo de vivir.

El sendero de la Sabiduría.

El budismo se aferra a la convicción de que el mayor obstáculo para la sabiduría y para la liberación está en la creencia de la existencia de un yo como fundamento sustancial de la persona; y, por otro lado, tiene la experiencia ilusoria del yo como algo irreductible, siendo su propia autodisolución conceptual en el no-youn hecho de ese mismo yo ficticio e ilusorio.
El sendero de la sabiduría consistiría en el proceso de dar muerte al yo, algo así como la aceptación de la muerte incesantemente vivida sin trampas metafísicas ni esperanzas religiosas de ningún tipo. No se puede negar, pues, ni la sutiliza ni la finirá del pensamiento budista en este punto.
Este proceso puede horrorizar a cualquier occidental movido siempre por el impulso de autosuperación, de un autoengrandecimiento de nuestro yo, ya sea como realización plena de nuestro proyecto existencial, ya sea por la esperanza de una divinización de ese yo según las promesas de la religión cristiana.
Según las doctrinas de las diferentes escuelas del budismo, la liberación oscila entre su identificación directa con la nada y su consideración como el estado de la suprema felicidad. Los textos suelen presentar definiciones distintas e incluso antinómicas.
La estructura léxica de Nirvana procede del verbo sánscrito ‘va’, que significa “desatar” (en referencia con los nudos de la mente) y también “desaparecer, extinguir, cesar, apagar la vela, en donde la llama representa las pasiones incontroladas”, y el prefijo ‘nir’, que en los autores budistas se aplica al fuego que se apaga, al astro que se oculta, o al individuo que desaparece de esta vida. Pero ni la etimología ni las comparaciones que se hacen permiten conocer plenamente qué es el Nirvana [11].
Para la mentalidad occidental, acostumbrados a vivir en un optimismo bien planificado, guiados con gusto por ilusiones y deseos, y evitando pensar en la muerte, y disfrutar de la vida como si la muerte no existirá (Carpe Diem Quam Minimum Credula Postero; Horacio, Odas, I, 11), el pensamiento de la muerte quita el sentido y el sabor a la vida, la sume en el absurdo y en la depresión, salvo que se acepte la esperanza en la resurrección de los cristianos. Y si se piensa en la muerte, hay que hacerlo creyendo que de ningún modo es el final, sino tan solo un cambio a otra vida mejor, porque en ella se van a realizar plena y de modo “sobrenatural” todos esos deseos infinitos de felicidad, de eternidad y de plenitud que da sentido a la existencia humana.




[8]La Teoría del velo de Maya atrajo la atención de muchos filósofos, entre ellos a Arthur Schopenhauer. Cuando en el libro primero de su obra -El Mundo como Voluntad y Representación- Schopenhauer habla acerca del velo de maya, este se refiere a que los sentidos son los que hacen a la representación, característica principal de la realidad. Todo lo que percibimos –decía- se nos aparece como conocimiento único, como dadiva apolínea; Schopenhauer insistía en que la vida y el sueño estaban íntimamente asociadas, el sueño era una ilusión de la realidad (la vida y los ensueños son páginas de un mismo libro) y solo el entendimiento podría soltarnos de las cadenas de la realidad aparente, del mirar sombras en la caverna.

[9]Vardhamana Mahavirá (549 a.C. – 477 a.C.) fue un santo indio, iniciador del jainismo (en inglés jainism), una doctrina hinduista que rechazaba el sistema de castas, la autoridad de los textos Vedas y los sacrificios rituales.
[10]. Con minúscula, dharma, se diferencia de Dharma, con mayúscula, que significa las Enseñanzas o la Ley natural.
[11]. SÁNCHEZ MECA, Diego (2004), El Nihilismo. Perspectivas sobre la historia espiritual de Europa, Madrid, Editorial Síntesis, págs. 291-307.



BIBLIOGRAFÍA

(2010) "Cuestionar, descubrir, vivir tu mundo. Filosofías orientales: Hinduísmo, Budismo y Taoísmo" en Filosofía Hoy. Núm. 3, Madrid, GLOBUS Comunicación.

(2010) “Budismo” en Filosofía Hoy, núm. 3, Madrid, GLOBUS Comunicación, págs. 21-22.MANZANERO, Juan (1988), El placer de meditar, Novelda (Alicante), Ediciones Dharma.

PUECH, Henry-Chales(1982) En torno a la Gnosis I. La Gnosis y el tiempo y otros ensayos. Versión castellana de Francisco Pérez Gutiérrez. Título original: En quête de la Gnose. I. La Gnose et le temps. Madrid, Taurus Ediciones, Ensayistas, págs. 267 y ss.

SÁNCHEZ MECA, Diego (2004), El Nihilismo. Perspectivas sobre la historia espiritual de Europa, Madrid, Editorial Síntesis, págs. 291-307.

SCHOPENHAUER, A. (2010), El mundo como voluntad y representación, 1. Traducción, introducción y notas de Roberto R. Aramayo. Madrid, Alianza Editorial, El libro de bolsillo.

SCHOPENHAUER, A. (2010), El mundo como voluntad y representación, 2. Complementos. Traducción, y notas de Roberto R. Aramayo. Madrid, Alianza Editorial, El libro de bolsillo.

SCHOPENHAUER, A. (2012), Aforismos sobre el arte de vivir. Edición de Franco Volpi, Madrid, Alianza Editorial, El libro de bolsillo.

SCHOPENHAUER, A. (2010), El arte de envejecer. Edición, introducción y notas de Franco Volpi, Madrid, Alianza Editorial, El libro de bolsillo.

SCHOPENHAUER, A. (2009), El arte de conocerse a sí mismo. Edición, introducción y notas de Franco Volpi, Madrid, Alianza Editorial, El libro de bolsillo.

SCHOPENHAUER, A. (2011), El arte de tratar con las mujeres. Edición de Franco Volpi, Madrid, Alianza Editorial, El libro de bolsillo.

SCHOPENHAUER, A. (2008), El arte de hacerse respetar. Expuesto en 14 máximas o bien Tratado del honor. Edición, introducción y notas de Franco Volpi, Madrid, Alianza Editorial, El libro de bolsillo.


SCHOPENHAUER, A. (2012), Sobre la libertad de la voluntad. Edición de Ángel Gabilondo. Alianza Editorial, Filosofía, El libro de bolsillo.
Zoroastro Parte 2

Por: Ramadan Ibrahim Mizah, doctorando de la Universidad Complutense de Madrid.

Correo electrónico: ramadán.ibrahim@cchs.csic.es


Ahura Mazda, Persépolis.
Este mes me gustaría presentar la segunda parte de mi trabajo sobre el Zoroastrismo, la cual contiene estos tres puntos concretos: I. Escrituras sagradas del zoroastrismo: el Avesta y  los libros del Avesta. II. La creencia Zoroástrica: el monoteísmo y el dualismo; los símbolos de Ahura Mazda; la fe en el día último o el más allá; III. Las oraciones; las legislaciones; las prescripciones morales.

I. Escrituras sagradas del zoroastrismo: El Avesta y  los libros del Avesta.

I.I. El Avesta:

Las sagradas escrituras del zoroastrismo se llaman Avesta, lo que significa el origen, parte principal y el apoyo. El Avesta es inspirado directamente por Dios, y no por Zoroastro. Contiene todo lo relacionado con la creencia, los cultos y los tratamientos. Se considera una legislación de los zoroástricos. [1] . El Avesta contenía 21 libros y 1000 capítulos antes de la llegada y la ocupación de Alejandro Magno a Persia el año 330 a.C., donde fueron perdidos y quemados muchos textos del Avesta a manos de los griegos. Por lo tanto, los seguidores de Zoroastro odian a Alejandro Magno y le consideran como muy mala persona, y le maldicen, ya que él causó la pérdida de muchos de estos textos.[2] Por consiguiente, el Avesta restante se ha salvado por clérigos de alto rango, que empezaron a transmitirlo oralmente de una generación a otra.
A finales del primer siglo d. C. 51-87 procedió el Rey Vologese, el Rey de Persia o el de la familia Partos a registrar y recopilar el Avesta, y se completó este trabajo en el siglo III d.C. por Ardeshir, el fundador del estado sasánida o (Arsácidas). Se han documentado 21 libros que contienen 348 capítulos de los 1000 capítulos originales, como hemos explicado anteriormente. [3] Según Gnoli, el período sasánida fue el periodo nacionalista de la religión fundada por Zoroastro unos mil años antes, o más.[4]

I.II. Los libros del Avesta:

Los textos sagrados iranios principales son las cinco colecciones del Avesta, tres de ellos escritos en dialecto "Zend" y, por eso denominados el "Zend-Avesta", y otros dos escritos en dialecto "Pahlevi", y, así, se conocen como "Palhevi-Avesta"[5].

II. La creencia Zoroástrica

II.I. monoteísmo e dualismo

El Zoroastrismo originalmente era una sola religión, que llamaba a adorar a un único Dios, Ahura mazda, y luchaba contra el politeísmo, la idolatría y el paganismo. Esto fue mencionado en Yasna-Avesta[6], que describen a Dios con atributos determinados como: la eternidad, el poderío, la voluntad, el conocimiento, el que ve a la gente y nunca puede ser visto, y el Conocedor de la realidad de lo que existe en el cielo y la tierra.  Incluso la misma palabra Ahura Mazda en el Persa, como dice El Dr., Hamid Abdul Kadir  "Solo yo soy el Creador de la existencia y del universo".[7]
Con el transcurso del tiempo ha sufrido el zoroastrismo muchas distorsiones, y acabó convirtiéndose en una religión politeísta o dual, que cree en la existencia de dos espíritus:
1 - Ahura Mazda, el espíritu  bueno, es la vida.
2 – Ahriman, el  espíritu malo, la no –vida.
Se creía que entre ambos había siempre un conflicto permanente. Aunque Ahriman originalmente era Angra Mainyu, el espíritu malvado y malo, lo extraño es que los propios textos de los seguidores de Zoroastro no mencionen a Ahriman como un socio de Ahura Mazda en la divinidad. Sino que lo mencionan como opuesto a "Spenta Mainyuo", el espíritu bueno y benéfico.[8] Así que en la fe zoroástrica, no había dos Dioses, sino dos fuerzas opuestas, a saber:
– Ahriman, representa la fuerza del mal, a la cual son fieles para que sea conseguida siete demonios malignos que representan los vicios (la hipocresía, la parsimonia, el engaño, la traición, la cobardía, la injusticia y el sacrificio de vidas).
– Spenta Mainyu, representa la fuerza del bien, son siete ángeles que procuran lograr siete virtudes (la sabiduría, el valor, la castidad, la justicia, la lealtad, la honestidad y la generosidad).[9]

II.II. los símbolos de Ahura Mazda

También, Ahura Mazda como Dios no puede ser tocado ni visto por Los Zoroastrianos, sin embargo él si les puede ver. Los Zoroastrianos tienen dos maneras de realizar sus adoraciones a Ahura Mazda:
 En primer lugar creen en dos símbolos que son el sol y el fuego. El sol es considerado como signo de luz y alegría (alegría de Ahura Mazda).  Por otro lado el fuego es la representación de la justicia, fidelidad y verdad, dado que a través de la quema se rechazan cualquier tipo de culpas e injusticia manteniéndose siempre en la fidelidad. Además, el fuego es un símbolo de Ahura Mazda, por lo tanto, el fuego tiene una gran santidad. Por ello, no se permite que la luz del sol caiga sobre el fuego, ni echar agua al fuego. Tampoco es permitido que alguien toque el cuerpo de un muerto, ni el cuerpo de una mujer que está menstruando. También está prohibido que una persona habla durante la comida, o incluso que llore. Es así como los Zoroastrianos usan el fuego en sus casas, para dedicarle oraciones a Ahura Mazda[10].

II.III. La fe en el día último:

Zoroastro predicó la creencia en un “juicio final”, una gran ordalía por el fuego y el metal fundido, presidida por Ahura Mazda. El mal terminaría al final por ser vencido y el bien por triunfar. El resultado de este juicio final era la transfiguración de todo el mundo. Por eso los Zoroastrianos tienen como dogma de fe que en el día último, la gente tras resucitar, Dios realizará cuentas en el juicio final para decidir los que entrarán en el paraíso o en el infierno.[11] Para ellos el paraíso de Ahura Mazda está situado en el este de las montañas Harabereasiti, y creen que esta montaña se elevará más allá de las estrellas y llegará al mundo de la luz y llegará al paraíso de Ahura Mazda.[12]

III. Las oraciones; las legislaciones; las Prescripciones morales:

III.I. Las oraciones:

Como posteriormente lo impondrá el Islam a sus hombres, el Zoroastrismo, exige a los suyos la plegaria durante el día de ciertas oraciones o Gahs. Tales rezos tienen una finalidad, la cual es el mantener el fuego de la oración viva durante todo el día. Es decir, poder vigilar nuestro propio corazón en el transcurso de los horas, a la vez que entregarlo al sumo bien o Ahura mazda. Es conveniente indicar que los momentos en que han de rezarse los Cahs señalan las diversas etapas de un día, lo cual demuestra la adecuación de los ciclos cósmicos a la propia pulsación de la fe suprema.

Los Gahs son:

1-Hawan Gah: Ha de rezarse durante la salida del sol hasta mediodía; 2. Rapithwi Gah: Mediodía hasta media tarde; 3.Uzerin Gah: Media tarde hasta el crepúsculo; 4.Aiwisruthrem Gah: Crepúsculo a medianoche; 5.Ushahin Gah: Medianoche hasta el alba.
Otras oraciones muy usadas son dos, que tienen carácter sacro de preeminencia. Y que se llaman Ashem Vohu y Ahunwar ( Yatha Ahu Vairyo) que suelen ser recitadas en los Gahs o en los Tashans (eventos importantes). Además, existen las letanías o Niyayeshes. Pero no son éstas las únicas oraciones, sino que hay muchas más que se rezan en festividades o que tienen objetivos específicos. Así por ejemplo, el Mihr yast que significa “Himno a Mithra”.[13]

III.II. La legislación:

Los principios del zoroastrismo instan a trabajar duramente y esforzarse para ganarse el pan, y a la producción de riquezas, especialmente la producción agrícola y la ganadería. El propio Zoroastro incitó a sus seguidores al trabajo, pues, para él, el trabajo era como un culto para poder superar a Ahriman y sus soldados. El Avesta se considera como una legislación que contiene y regula todos los tratamientos en la vida cotidiana y todos los asuntos religiosos.[14]
El zoroastrismo insta al matrimonio, y dice que el hombre casado es más alto de rango que el soltero, y que quien tiene una casa y una familia es mejor del que no la tiene. Por lo tanto no hay ninguna orden de monacato en el Zoroastrismo. También dicen que la incitación de la gente al matrimonio conduce a la reproducción humana, para la continuación de la especie humana, la difusión del Zoroastrismo y el triunfo del bien. Además, la primera pregunta dirigida a la persona después de su muerte es si haya dejado descendencia o no. La religión zoroástrica no favorece el ayuno, ya que es causa de la debilitación del cuerpo humano.[15]
Con respecto a las festividades, la fiesta del Nowruz (festival del fuego) a comienzos de la primavera es una de las fiestas más importantes para los zoroástricos. Este Día lo celebran de la misma forma en que celebran los musulmanes la fiesta de Ramadán (Eid  Al-Fitr). En este día la persona se despierta temprano, se pone una ropa nueva, se perfuma. Va al templo del fuego y pide a Dios su misericordia y su perdón. Visita a los familiares y da limosna a los pobres. Por lo tanto, este día se llama el Día de la Retractación. Los Zoroastrianos que viven ahora en India llaman a este día Pateti.[16]
Actualmente este día de fiesta significa mucho para los iraníes y tiene un valor especial para el pueblo y lo consideran como uno de los días festivos más importantes del año en el que las familias salen a las calles en masas, encendiendo fuego y haciendo celebraciones espectaculares.
De sus fiestas encontramos también el Kahnabar que se celebran seis veces a lo largo del año, y cada una de las mismas dura unos cinco Días. Las fiestas que se celebran son la fiesta de la cosecha, la de la llegada de la primavera, la fiesta de la finalización del verano, además del festival de Sandq antes de la llegada de la primavera, en el que los Zoroastrianos celebran el encendimiento del fuego en el último miércoles del fin del año, entre otras celebraciones.[17]

III.III. Prescripciones morales:

La religión de Zoroastro tiene ciertas prescripciones morales. Los que practican el bien son unos colaboradores de Ahura Mazda. No sólo hay que hacer el bien delante de los hombres, sino luchar contra los  embusteros y los que hacen el mal. Los deberes de los seguidores de Zoroastro llegan hasta la protección del ganado bovino. Los justos deben proteger los rebaños y alimentarlos. Además el zoroastrismo predica a la gente la promoción de la virtud y la prevención del vicio, como se ha documentado en algunos de sus textos sagrados. [18]
De acuerdo con los textos sagrados del Avesta, el primer juramento en el que el Zoroastriano se compromete señala que: Nunca cometeré ningún robo, saqueo, vandalismo, destrucción, tampoco haré venganza y asimismo reconozco mi adoración a un Dios único (Ahura Mazda); también me comprometo a pensar siempre en el bien, en el buen habla y mantendré siempre los buenos modales, y procuraré siempre que mis acciones sean correctas. Además, el Zoroastrismo incitó a la gente a sacar el azaque y dar limosnas a los pobres para que nadie quede necesitado en la sociedad.[19]
 De todo lo mencionado sobre las enseñanzas de Zoroastro, él decía: “trata de llevar una vida pura con los buenos pensamientos, los buenos dichos y las obras benéficas”. Todos los investigadores que escribieron sobre el Zoroastrismo destacaron su enorme interés por las virtudes y por el alejamiento de los vicios. Los investigadores asimismo confirman que Zoroastro había pasado toda su vida sin haber caído, al igual que su gente, en el paganismo extendido en aquellos tiempos.[20]
Con el  monoteísmo religioso de la reforma zoroástrica conlleva también la unicidad del culto, que determina la prohibición zoroástrica de los sacrificios cruentos de toros, como dije en una página anterior, así como también la prohibición del ritual mágico y la persecución de los brujos o "magos", tan arraigados en la tradición irania antigua.

IV. Resumen:

Podemos decir que la figura de Zoroastro, aunque discutida en su historicidad, dejó un legado de búsqueda de la verdad y de la integridad de las personas: Aún su legado sigue vivo entre una cantidad menor, pero de todas formas vigente, de personas, no sólo en Irán, sino también en India y en Pakistán. En efecto, según el Aqaad, los Zoroastrianos partieron hace un millar de años de Irán, y se fueron a Bombay, India, donde actualmente asciende su número a 150 mil habitantes, además de casi otros 50 mil que viven en Yazd, Kerman y Teherán. También, aunque la religión Zoroastriana tiene muchos elementos positivos: proteger a los ganados, promover el trabajo, el matrimonio, promover una ética del bien hacia el prójimo, y aunque se le suele calificar como un antiguo monoteísmo, esto último no es así: la creencia en el bien y el mal es un dualismo, la creencia en Ahura Mazda y Ahriman es una fuerte base dualista. Por otro lado, la creencia en lo sagrado del fuego tiene ambigüedad: algunos dicen que el fuego solamente purifica, pero otros dicen que el fuego es hijo de Ahura Mazda.

V. Bibliografía:

- Abdul Kādir, Ḥāmid. Zradchit Al- Hakim, (=Zoroastro el sabio), Editorial Nahḍit Miṣr, el Cairo, 1956.
- ʿAbdul Wāḥid Wāfī, Ali. Al-asfār al-muqadasa fi al-adiān al sābiqah lil-Islām, (=las escritoras sagradas antes del Islam.), Editorial  Nahḍit Miṣr, Egipto, Nueve ediciones, 2010.
- Al-Shahristāni, al-Milal wal-Niḥal, Editorial, Beirut,( Mustafa al-Halabi), vol. 1, 1993.
 - Antón, José Antonio-Vargas, Joaquín Rodríguez. La sabiduría mazdea, dos textos del Irán antiguo, Madrid, Editorial: Mandala,  Alquitara,  Introducción y notas de José Antonio Antón  Pacheo. Traducción, Joaquín Rodríguez Vargas, 2007.
- Bentué, Antonio. Historia de las Religiones y Dialogo interreligioso: introducción a la historia de las Religiones, Universidad Católica de Chile,  Proyecto fondedoc, 2002.
- Blázquez, José María. “La religión del Irán antiguo”,  en Historia de las religiones antiguas: Oriente, Grecia y Roma”, Serie mayor, Madrid: Catedra, 1993, pp.148-96.
- Blázquez Martínez, José María, “Tres grandes creaciones religiosas del genio iranio: el zoroastrismo, el maniqueísmo y la mística musulmana”, http://www.lenguapersa.com/Articulos/Tres%20grandes%20creaciones%20religiosas%20del%20genio%20iranio.pdf. Visitado en 25 de Abril 2012.
- Gnoli, Gherardo. “El Irán antiguo y zoroastrismo”, en Boyer, R.; Campanile, M.; Delahoutre, M.; Gimbutas, M.; Gnoli, G.; Ries,J.; Varenne, J.
Tratado de antropología de lo sagrado. El hombre indoeuropeo y lo sagrado,
Madrid, Editorial: Trotta, 1995, pp. II.141-95. 
- Wlber, Donald.  Irán mādihā wa-ḥadirihā (=Irán en el mundo Antiguo e  en  el mundo moderno, traducir  Árabe por Abdul Nahim Muhammad Hasanín, Editorial Dar Al kitab al Masri, El Cairo, segundo edición 1958.





[1] ʿAbdul Wāhid Wafi, ʿAlí. al-Asfār al- muqadasa fi alAdian al sābiqah lil-Islām  (=las escritoras sagradas antes del Islam), Editorial: Nahdit Misr, Egipto, Nueve ediciones, 2010, pp 63-66.
[2] Gnoli, Gherardo. “El Irán antiguo y zoroastrismo”, en Boyer, R.; Campanile, M.; Delahoutre, M.; Gimbutas, M.; Gnoli, G.; Ries,J.; Varenne, J.
Tratado de antropología de lo sagrado. El hombre indoeuropeo y lo sagrado,
Madrid, Editorial: Trotta, 1995, pp. II.141-195, p.146. Véase  también  Abdul Wahid Wafi, op.cit. p.135.
[3] Antón, José Antonio- Vargas, Joaquín Rodríguez. la sabiduría mazdea, dos textos del Irán antiguo, Madrid, Editorial: Mandala,  Alquitara,  Introducción y notas de José Antonio Antón  Pacheo. Traducción, Joaquín Rodríguez Vargas, 2007, p. 22.
[4] El Irán antiguo y zoroastrismo.”, en Op. Cit. p. 142.
[5] Sobre los textos del Avesta puede verse Bentué, Antonio. Historia de las Religiones y Dialogo interreligioso: introducción a la historia de las Religiones, Universidad Católica de Chile,  Proyecto fondedoc,pp. 121-123.
[6] Yasna-Avesta (o "Mazda-Yasna") Es el libro de los sacrificios zoroástricos cuyo contenido son los 72 himnos (Yasnas), redactados en el idioma "avéstico", dedicados a Ahura Mazda. El núcleo fundamental de ese conjunto son los 25 Gathas, que van del Yasna 28 al 53, la mayor parte en verso, excepto los "siete en prosa" (Yasna 3541). Sin embargo, de esos 25 Gathas, hay 17 (del Yasna 28 al 34 y del 43 al 53) que constituyen el núcleo más original, cuya autoría puede remontar probablemente al mismo Zoroastro. Sobre los textos del Avesta  véase Bentué, op. cit, pp. 121-123.
[7]Zaradchit al-Hakim (=Zoroastro el sabio), Editorial Nahdit Misr, El Cairo, 1956.pp. 80-81.
[8] ʿAbdul Wāhid Wāfi, op.cit.  p.164.
[9] ʿAbdul Wāhid Wāfi, op.cit. p.164.
[10] Blázquez Martínez, José María, “Tres grandes creaciones religiosas del genio iranio: el zoroastrismo, el maniqueísmo y la mística musulmana”.
[11] Gnoli, “El Irán antiguo y zoroastrismo”, en Op. Cit. p. 145; véase también Blázquez, José María. “La religión del Irán antiguo”,  en Historia de las religiones antiguas: Oriente, Grecia y Roma”, Serie mayor, Madrid: Catedra, 1993, pp.148-96, p. 158.
[12] ʿAbdul Wāhid Wāfi, op.cit. p.169.
[14] ʿAbdul Kādir, Op.Cit. p. 97.
[15] ʿAbdul Wāhid Wāfi, op.cit .p. 148.
[16] Wlber, Donald. Irán mādihā wa-ḥadirihā (=Irán en el mundo Antiguo e  en  el mundo moderno, traducir  árabe por Abdul Nahim Muhammad Hasanín, Editorial Dar al-kitāb al-masri, El Cairo, segundo edición 1958.p. 235.
[17] Ibídem, p.235.
[18]Blázquez Martínez, José María. “Tres grandes creaciones religiosas del genio iranio: el zoroastrismo, el maniqueísmo y la mística musulmana”, Op. Cit.
[19] Abdul Kadir, Hamid, Op. Cit. p.87.
[20] Ibídem, p. 87.