sábado, 28 de febrero de 2015

Los templos de la India

Por: Jenifer Montiel, Máster en Ciencias de las Religiones por la Universidad Complutense de Madrid.

Correo electrónico: jmontiro7@hotmail.com

Introducción

Mapa sobre los templos en la India.
La India ha sido y es cuna de numerosas religiones pero en esta ocasión vamos a centrarnos en el análisis de los templos consagrados a los dioses hindúes.
Los primeros templos, también conocidos como Mandir Devalayam o Devasthanam, edificados en piedra o terracota por los líderes políticos de la región, datan del s. V aproximadamente. Estos edificios religiosos se concebirán siguiendo unas estrictas normas arquitectónicas pues el objetivo es recrear en un edificio la totalidad del cosmos. Algunos de ellos llegarán a convertirse en grandes centros no solo religiosos sino culturales y económicos.
Las dinastías reales serán las principales impulsoras de la construcción de estos templos pues era a través de este patrocinio como mostraban su poder, que consistía no solo en exhibir su autoridad y potencia militar sino en mostrar su capacidad para facilitar el bienestar espiritual de su pueblo.
Aunque como decíamos los primeros templos empezaron a edificarse en el siglo V, anteriormente ya existían centros de culto localizados en cuevas o grutas. Más tarde ya se comenzó a llevar a cabo la edificación de los primeros templos, de los cuales no nos han quedado vestigios, pues fueron edificados con materiales perecederos como la madera.
Yaksha de Vidisha (Madhya Pradesh), s. I a.C.
Actualmente en el museo de Vidisha.
Con lo que sí contamos es con diversas reliquias o iconos asociados a algunos de los cultos relacionados con estos primeros templos desaparecidos. En ellos no se nos muestra a dioses o diosas, sino a espíritus con semblante humano relacionados con la riqueza y la abundancia, conocidos como yakshas (masculino) y yakshis (femenino). Los yakshis son mostrados con amplios estómagos, adornados con mucha joyería y acarreando auspiciosos cántaros de agua, las yakshis, contrariamente, son doncellas con amplias caderas y pechos, pero diminutas cinturas, también portando mucha joyería.


Cuevas-Templo

Como vemos, hay que buscar los antecedentes a los grandes templos en las cuevas o grutas. Estas se encuentran repartidas por toda la India y están consagradas tanto a dioses hindúes como a santos jainas o Budha.
En el Estado de Maharashtra son muchos los ejemplos de cuevas-templo que hoy en día se pueden visitar, entre ellas las cuevas de la Isla de Elephanta en Mumbai, datadas en el siglo VI y consagradas al dios Śiva, las cuevas kanheri también en Mumbai (National Park) y las cuevas de Ajanta y Ellora. Las cuevas de Ajanta, de la dinastía Vakataka (siglos III-VI) están principalmente consagradas al budhismo, mientras que en las cuevas de Ellora (siglos VII-IX) vemos 34 cuevas jainistas, budistas e hindúes labradas a lo largo de un risco de 2 km, siendo el templo de Kailasanatha el más destacado, labrado en la roca en el siglo VIII por el rey rashtrakuta Krishna I.
Śiva Mahesamurti en las cuevas de Elephanta.  El rostro central             
representa a Śiva el preservador, sereno y pensativo, la oeste es             
Śiva el creador, gentil y elegante y la del este es el destructor. 
A la izquierda encontramos a Śiva como Ardhanishwara, el 
andrógino y al otro lado a Śiva como Gaṅgādhara.
Badami, en el estado de Karnataka, fue la capital de los reyes chalukya durante los siglos VI y VII. Allí encontramos también templos-cueva excavados en la roca consagradas a Śiva, Viṣṇu y santos jainas. También Mamallapuram o Mahamallapuram, en Tamil Nadu, fue una importante ciudad portuaria construida durante el siglo VII por el rey pallava Narasimha Varman I y también aquí encontramos cuevas, santuarios monolíticos, templos y bajorrelieves considerados los más notables exponentes del arte pallava.

Los primeros templos: características generales

Del siglo VII-VIII datan algunos tratados arquitectónicos o Vastu Shutras como el Manasara. En ellos se encuentra información sobre el proceso de selección del lugar y el día de inicio de construcción, el plano del edificio, materiales, etc. En estos manuales el templo es concebido como un microcosmos y la labor del arquitecto (sthapati) es ordenar el caos utilizando la forma geométrica del mandala.
Hay que tener en cuenta que, a diferencia de lo que ocurre en otras religiones, el templo hindú no es concebido como un lugar de reunión de fieles, sino como un hogar para la deidad, por lo tanto, los fieles solo acuden al santuario para ver al icono, o murtis, que la representa y venerarla. Esto hay que ponerlo en relación a la creencia hindú de que la sola visión de la imagen insufla del poder con el que cuenta la deidad en el creyente, es lo que se denomina como darśana.
No es, por tanto, un lugar donde se lleven a cabo celebraciones masivas. Otra gran diferencia es que los templos hindúes no son lugares silenciosos y de meditación, sino que son lugares ruidosos por la gran concentración de gente que va y viene.
A pesar de que en algún punto comienzan a surgir grandes diferencias entre la arquitectura de los templos del norte y del sur, en todos ellos se mantiene una misma característica, la diferenciación entre dos zonas, la sala sagrada donde se instala al ídolo, la garghagriha (sala uterina) y la sala dedicada a los hombres, mandapa. Esta sala principal siempre mantiene unas mismas características, siendo grande y oscura, dando sensación de entrar a una cueva, cosa que nos lleva a los orígenes de los templos.
Uno de los elementos más comunes en los templos hindúes es la existencia de gran número de imágenes en relieve y esculturas exentas, tanto en el exterior como en el interior. Ya veíamos como antes de la construcción de los templos las imágenes e iconos jugaban un papel esencial.
Pero, estas esculturas no son solamente decorativas sino que juegan un papel esencial como elemento de protección mágica hacia el edificio y los rituales que allí se celebran, pues según la creencia, deben de ser protegidos de las fuerzas negativas que acechan.
Gran importancia adquieren, por supuesto, las imágenes de las deidades, pero son varios los motivos iconográficos empleados principalmente con este objetivo protector, entre ellos destacan: seres mágicos como dvarapalas y surasundaris (posiblemente sucesores de los yakshis y las yakshas), guerreros y elementos animales y vegetales.
Los dvarapalas son los guardianes del templo y se les sitúa a ambos lados de la puerta principal con expresiones de fiereza y armados con palos. Se les suele dotar del mismo emblema que el dios al que está dedicado el templo. En algunas ocasiones pueden estar acompañados de los gaṇas, enanos protectores de los tesoros de la tierra, acompañantes del dios Śiva y liderados por el dios Gaṇeśa, su hijo. En muchas ocasiones escenas marciales adornan paredes, zócalos y columnas, especialmente escenas del Mahabharata, la gran leyenda épica.
Las Surasundaris, o bellezas celestiales, también conocidas como Apsaras, son mujeres jóvenes representadas con grandes caderas y pechos y pequeñas cinturas. Se las representa en posturas donde muestran su sensualidad, generalmente en tribhanga (tres curvas), adoptando poses de danza o tocando instrumentos como la vina, los crótalos o tambores (la música y la danza jugaban un papel primordial en el templo y los rituales. Suelen ser las acompañantes de los dvarapalas, denominándose a estas parejas como mithunas, y aparecen en los marcos de las entradas abrazados o en los techos como parejas voladoras. También, en algunos casos, se les representa en posturas sexuales, mostrando así la importancia del sexo como elemento protector, no tanto como asociado a los cultos tántricos. En otras ocasiones representan a las diosas Yamuna y Ganga, personificaciones de los ríos Jumma y Ganges, siendo representadas entonces sobre una tortuga en el primer caso y sobre un makara (bestia marina) en el segundo. También son representadas como shalabhanjikas, mostrándose en este caso aferradas a una rama.
Como decíamos, también juegan un papel de protección importante los elementos vegetales y animales. En muchas ocasiones vemos en los porches de entrada representados elefantes, tanto solos como en procesión, así como también caballos, toros, pavos reales, serpientes, consideradas conectadas con el inframundo y que pueden aparecer con torsos femeninos (nagini) o masculinos (naga), o seres mitológicos como el vyalas o yalis. En torres y parapetos suelen representarse solo las cabezas de estos seres mitológicos, lo que se conoce como kirttimukhas (cabeza de bestia).
En cuanto a elementos florales, destacan especialmente las flores de loto, aunque también se representan otros elementos. Lo encontramos tanto en paredes como en techos, porches, etc.
Además de este tipo de esculturas relacionadas con la protección mágica, es muy habitual encontrar imágenes de las familias que han patrocinado la construcción del templo.
Plano donde podemos observar las dos nave absidial de la Garghagriha  
mandapa con planta cuadrada estancias diferenciadas, Garghagriha
mandapa en el templo de Viṣṇu Trivikrama
Uno de los templos más antiguos conservados, indicativos del origen del esquema de que hablábamos es el templo de Viṣṇu Trivikrama en Ter (próximo a Sholapur, Maharashtra). Muestra cierta influencia del templo budista, siendo de tamaño reducido y ya podemos observar la existencia de los dos cuerpos diferenciados típicos de los templos hindúes, uno donde se instala el ídolo, con una nave absidial cubierta por una bóveda y otra con una sala para los fieles cuadrada, soportada por pilares y con cubierta adintelada, antecedente de las mandapas o salas de oración posteriores. Vemos como en general se trata de un lugar oscuro y angosto, pues no existen ventanas ni puertas excepto la principal, dando esta sensación de gruta.

Templos del norte

A pesar de tener un origen y esquema comunes, en algún punto los templos del norte y del sur comienzan a desarrollar características propias, diferenciándose entre ellos.
En el norte será muy habitual la construcción de templos conocidos como nagara. Siguen estando formados por dos salas pero una de las características principales es el desarrollo de la sikhara o torre, coronada por una kalasha que cubre la garghagriha.
Esta shikhara cuenta con perfiles curvilíneos (representando la imagen de una montaña, pues el templo es el asiento de los dioses, devashthanam) y suele estar rematada por la amalaka, una pieza circular con ribeteado y la kalasha, siendo también muy característico la utilización de arcos de herradura. A diferencia de los gigantescos templos del sur, los nagara son de menor tamaño y, en general, se encuentran en peor estado debido a las múltiples invasiones y ataques que han soportado a lo largo de los siglos.
El icono de la deidad suele estar situado justo en el centro de la sala principal, y desde ella surge un eje vertical invisible que la conecta con el punto más alto de la torre. Los puntos centrales son marcados con nichos donde se instalan iconos alineados con la imagen de la deidad. Esto crea una planta de forma ambulatoria, haciendo que los visitantes paseen alrededor de la imagen principal en el sentido de las agujas del reloj (pradakshina).
La dinastía gupta (siglos IV-VI) fue una de las principales dinastías encargadas de la edificación de los grandes templos del norte. Algunos de los más destacados son el templo de Bhitargaon (s.V) el de Dashavarata en Deogarh (s. VI) y templo de Lakshmana en Sirpur (s. VII).
Relieve del dios Krṣṇa luchando contra el demonio caballo Keshi
El templo de Bhitargaon (distrito de Kanput, Uttar Pradesh) es un ejemplo de templo edificado en terracota, no en piedra. En el podemos observar una shikhara con  perfiles curvilíneos, además de varias esculturas.      
El templo de Dashavatara en Deogarh (Jhansi, Uttar Pradesh), dedicado a episodios de la mitología de Viṣṇu sobre la creación de mundo, se alza sobre una terraza rectangular, y aunque muchos elementos se han perdido, aún quedan grandes estructuras y esculturas. Podemos observar una nave con un solo cuerpo, cubierto por una torre troncopiramidal de 6 metros de altura, la sikhara. A la sala de la deidad se entra por el oeste a través de unas puertas flanqueadas por esbeltas y ornamentadas columnas. También cuenta con cuatro pórticos tetrástilos alrededor de la nave, formando un templo de forma ambulatoria. 
En la región de Bundhelkhand, en el estado de Madhya Pradesh, la dinastía Chandella (siglos X-XII) edificó los veinticinco grandes templos de Khajuraho (siglos X-XI). Una de las principales características es que desde el exterior no se pueden diferenciar claramente las dos estancias. Ambas están cubiertas por un mismo techo y pequeñas torrecitas. Otra diferencia es que el interior es más luminoso que en el resto de templos por la preeminencia de pilares en contra de los muros. Uno de los más exquisitos de todos ellos es el templo de Kandariya Mahadev, que cuenta con una de las mejores shikharas del norte, de 30 metros, además de otras 84 más pequeñas, imitando el perfil del monte Kailash, morada de Śiva, y de sus relieves escultóricos.
En el Estado de Gujarat fue la dinastía Solanki la principal impulsora de las artes. Uno de los templos a destacar es el templo de Surya en Modhera, construido en 1026 por el rey Bhima I. Uno de los elementos que le dan un toque diferenciador es que está dispuesto de tal manera que los rayos de sol van penetrando hasta iluminar completamente la sala principal al mediodía. También hay que destacar los relieves tanto del exterior como del interior, que reproducen deidades ordenadas según la jerarquía celestial y escenas de la vida cotidiana, además de la alberca que preside el patio delantero, rodeada por pequeños santuarios. De la torana o puerta principal se mantienen dos columnas complejamente esculpidadas. Otro elemento destacable es la existencia de un Nritya Mandapa, sala para representaciones de danza.  
Columnas de la torona.
En el Estado de Odhisa encontramos magníficos templos edificados por la dinastía Ganga Oriental. En este Estado los templos son de mayor tamaño que en el resto de los Estados norteños y uno de los elementos a destacar es que la sala de los hombres es de poca altura y está formada por una superposición de elementos horizontales.
De entre ellos destaca el templo de Surya en Konark, a orillas del golfo de Bengala, edificado en el siglo XII por el rey Narasimhadeva. Destaca porque el cuerpo principal fue construido con forma de carro tirado por ocho caballos. Sobre el plinto se esculpieron veinticuatro grandes ruedas y por todo el templo abundan esculturas con temas amorosos, así como imágenes de dioses, demonios, reyes, campesinos, animales (1.700 elefantes), bailarines y músicos. Además, otro elemento a destacar es la existencia de una sala exenta de danza.
La gran imagen del dios sol aparece instalada sobre un carruaje junto a sus esposas y otras deidades.
En el Bhogmandir, la sala de ofrendas, aunque se encuentra en ruinas y ha perdido el tejado, se pueden observar leones vencedores sobre elefantes en la entrada, así como el plinto y los pilares con figuras de músicos y bailarines.
Originalmente el templo contaba con una shikhara de 70 metros que podía verse desde el mar, pero hoy sólo se conserva la base.

Templos del sur

Entre los siglos IX y XIII la dinastía coḷa dominó gran parte del sur de la India tras derrotar a diversas dinastías como la chalukya. Sus dos reyes más insignes fueron Rajaraja I (985-1014) y Rajendra I (1014-1044), siendo los encargados de llevar a cabo una espléndida labor de mecenazgo.
Los templos del sur se caracterizan por el uso de superposiciones, dando una imagen piramidal al templo, además de albergar corredores y salones (mandapas) con multitud de columnas ornamentadas.
Las Vimana son las torres que cubren los templos, incluso ha dado lugar a nombrar como tal al edificio en conjunto. Se trata de cubiertas de forma troncopiramidal formadas a base de superposición de pisos horizontales y coronados por la stupika, una cubierta con bóveda de cañón. Una variante de los vimana son los vesara, que tienen forma estrellada en lugar de cuadrada.
Uno de los templos más destacados edificados por la dinastía chalukya, de mediados del siglo s. VI, es el Templo de Durga en Aihole (Karnataka), construido por el rey Pulakeshin I (535-566). Es un templo atípico porque se trata de un santuario en forma de ábside rodeado por una columna abierta.
Santuario en forma de ábside rodeado
por columnas abiertas y plinto. 
Se eleva sobre un plinto con escalones en uno de los lados que ascienden hacia un porche esculpido con magníficos relieves de mithunas y dvarapalas. En el techo del mandapam destaca un panel donde se reproduce un naga con cuerpo enroscado de serpiente.
 
Un magnífico ejemplo de la posterior arquitectura coḷa es el templo de Chidambaram, en Thanjavur (Tamil Nadu), siglo IX. En este lugar se cuenta que Śiva bailó su danza cósmica, tandava nritya. Se trata de un gran recinto con numerosos santuarios pero el centro neurálgico es el templo de Natarāja. En él destacan un santuario en forma de cabaña con cubierta dorada, una enorme alberca con columnas Śivagaṅgā y cuatro gopuram o shikhara, uno de los cuales representa detallados relieves de los 108 movimientos de manos y pies utilizados en la danza clásica Bharatanatyam.
En el interior hay cinco salas principales (sabhas) cada una con una función específica y en el exterior, junto a la alberca, se edificó un gran espacio de mil columnas destinado a albergar rituales y festivales.
No podemos olvidar otro de los mejores ejemplos de arquitectura coḷa, el templo consagrado a Śiva de Brihadishvara, también en  Thanjavur, situado en el delta del río Kaveri. Construido en granito y completado en el año 1010 por el rey Rajaraja I. Los Dvarapalas de la entrada señalan el camino hacia el sanctasantórum, decorado con frescos. El templo ocupa el centro de un patio rectangular rodeado de santuarios secundarios. Otro de los elementos interesantes de resaltar es la enorme escultura de Nandi, de 6 metros de largo y 25 toneladas de granito, instalada en el Nandi mandapa.
Los templos edificados por los reyes hoysala de Karnataka (siglos X-XIV) se caracterizan por fusionar las shikharas del norte con los mandapam con columnas típicos del sur, además de por sus plantas estrelladas y su elaborada decoración exterior, en muchas ocasiones talladas en un material verde grisáceo.
Escalinata de entrada.
El templo Keshava en Somnathpur es el último de los grandes templos hoysala. Fue erigido en 1258 por el rey Narasimha III en Karnataka y actualmente se conserva en buen estado. Al edificio se accede desde el este a través de un pórtico, alberga tres santuarios y una sala situados sobre un plinto en forma de estrella. La escalinata de entrada está flanqueada por pequeños templetes. El interior de la sala destaca por sus grandes columnas y elaborados techos.

Conclusión

Como conclusión podemos decir que, a pesar de que cada templo desarrolla sus propias características, todos siguen un mismo esquema, desarrollado a través del tiempo con el objetivo de dar preeminencia a la imagen de la deidad que preside el edificio.
Las dinastías reales fueron las impulsoras de la construcción de los templos como demostración de poder, promoviendo todo tipo de artes, pues en la India, como en Grecia por ejemplo, todas las artes se dan la mano. Como hemos visto en todos templos, arquitectura, escultura y danza y música se dan la mano.
Como gran elemento a destacar, decir que todas estas características se siguen manteniendo hoy en día, es decir, se mantiene el mismo esquema de templo, los mismos ritos y la misma importancia en todas las artes. Incluso, se sigue manteniendo la pequeña campanita en la puerta tanto de grandes como de pequeños templos, que los devotos hacen sonar para despertar a las energías.


Bibliografía

-         MAILLARD, Ch., (1993) El crimen perfecto, aproximación a la estética india. Ed. Tecnos,Coleccion Metropolis, Madrid.
          MICHELL, G., (2000) Hindu art and architecture, Thames & Hudson,London. India; El País/Aguilar, Madrid.

                               

No hay comentarios:

Publicar un comentario