domingo, 9 de octubre de 2016

El Sufismo en la India

Por: Jenifer Montiel Rodrigo, Máster en Ciencias de las Religiones por la Universidad Complutense de Madrid.

Correo electrónico: jmontiro@hotmail.com

Origen y principios básicos del Sufismo

Dervis.
Mucho antes de la aparición del islam, en la Península Arábiga existían ya corrientes místicas, gnósticas y herméticas que tendrán mucha influencia en los primeros ascetas musulmanes.
El porqué de éste fenómeno que se da en la mayoría de las religiones probablemente tiene mucho que ver con lo que Rudolf Otto en su obra, Lo Santo, define como numinoso o misterium tremendum, ese algo que se siente y te recorre el cuerpo pero que no se puede describir con palabras. La búsqueda del origen de este sentimiento es el objetivo final de todo misticismo.
Estos primeros ascetas se centrarán principalmente en la preparación para el Día del Juicio a través del cumplimiento de los deberes impuestos por la religión y la práctica del desapego de las cosas mundanas (principalmente a través de retiros y ayunos). Su objetivo, ya desde estos primeros momentos era el reencuentro y la unión con Dios, estado que recibe el nombre de fanaa. Aparece ya en estos momentos una práctica que después se convertirá en básica, utilizada con este objetivo de la unión con Dios, se trata de la invocación o dikhr.
Ya en los siglos VIII y IX en ciudades como Kufa y Basora (actual Irak) aparecerán pequeños grupos de devotos alrededor de estos primeros ascetas, los cuales empezarán a teorizar sobre sus experiencias. Sus escritos, que tendrán una gran difusión, giran en torno a la comprensión de las cosas importantes y de aquello que está oculto (batin), para lo cual recomiendan el retiro y la realización del dhikr (invocación), que irá ya para entonces acompañado de movimientos corporales y ejercicios de respiración o música, no como algo que induce al éxtasis sino como forma de concentración y liberación de las distracciones mundanas.
Éstos primeros pasos darán ya lugar a lo que después conoceremos como la corriente Sufí o Sufismo (Tasawwuf en árabe), que cristaliza en los primeros tiempos de la dinastía ´Abbasí, s. VIII.
Etimológicamente proviene de suf (lana), y hace referencia a los mantos de lana de los primeros ascetas, aunque hay otras teorías que lo asocian con la palabra griega sophos (sabiduría) o la palabra árabe safa (pureza), incluso también se ha dicho que eran los sucesores de los ahl as-suffa (la gente del vestíbulo), los cuales vivían devota y humildemente en el patio del profeta. Originalmente sufí hace referencia a alguien que ha alcanzado la iluminación, pero posteriormente se extenderá también a los iniciados, discípulos del maestro reunidos en la cofradía o tariqa.
La principal regla era "Comer poco, dormir poco, hablar poco", todo con objetivo de explorar el alma (nafs), luchar contra el alma peligrosa, el ego y así llegar a la unión con Dios, el Absoluto (´arif o fanaa).  Para ello se establecen una serie de etapas:
- tawba: arrepentimiento de las faltas cometidas, la ruptura con la forma de vida acostumbrada y la plena concentración en el nuevo camino.
- muyahada: esfuerzo por apartar todo aquello que te aleja de dios.
- soledad (jalw) y retiro (´uzla).
- temor a dios (taqwa).
- renuncia (zuhd): no sólo habla de pobreza terrenal sino espiritual.
- silencio (samt) en el sentido de no excederse en palabrería.
- gozo (qana´a).
- confianza absoluta en el decreto divino (tawakkul).
- paciencia (sabr).
- observancia (muraqaba).

En este camino podemos diferenciar las etapas (maqam), que son actitudes de duración, con el hal (estado), situación transitoria del alma producida por iluminación divina, imposible de retener.
Para los sufíes, la shari´a, ley, es la expresión exterior de la haqiqa, la verdad interior. Aunque algunos lo califican de heterodoxo e incluso de herejía, zandaqa. Por contra, debemos calificar al Sufismo de ortodoxo, ya que, aunque interiormente se libere de las restricciones del dogma, no lo puede rechazar. Para ellos el hombre tiene acceso al Absoluto a través del Corán y el Profeta es el representante de Dios. En este sentido se llaman a sí mismos ahl al-haqiqa, la gente de la verdad, en contraposición a ahl al-charia, los ulemas y alfaquíes, a los cuales consideran demasiado apegados al sentido literal de los textos religiosos.
La práctica del dhikr, invocación, ayuda a vehicular el recuerdo de Dios hacia el sufí, pero antes de llegar a él debe poseer una comprensión profunda de los Cinco Pilares del Islam (fe, oración, ayuno, limosna y peregrinación). Tiene el doble significado de "recuerdo" y "mención", que dirigen directamente al Principio haciendo que el invocador se una con Dios y se libere del sufrimiento. Siempre hay que practicarlo bajo la supervisión del maestro o guía, ya que puede llegar a ser peligroso. Es un método de concentración espiritual basado en la convicción de que la repetición incesante de ciertas jaculatorias permite al creyente desterrar de su corazón todo lo que no sea divino y llegar a un estado en el que la conciencia se desvanece. Tienen un ritmo establecido, puede hacerse mentalmente, en voz alta o baja y van acompañados de respiraciones, además también puede realizarse en movimiento, acompañado de música o poesía.
Otra importante práctica es el wird, que, aunque difiere de una cofradía a otra, consiste esencialmente en tres fórmulas. En la primera se pide perdón a Dios, en la segunda se pide a Dios que bendiga al profeta y le de la paz y la tercera es la Shahada, testimonio de la unicidad divina. Generalmente estas recitaciones se realizan utilizando una especie de rosario (subha o tasbih), de origen indio.
El objetivo de la espiritualidad o misticismo, no sólo sufí sino de la mayoría de las religiones, es alcanzar la santidad no tras la muerte sino en esta vida. Este camino místico comienza siempre con un rito de iniciación. En el Sufismo el aspirante (murid) recibe este rito de un maestro (murshid o shaikh), que a su vez lo recibió de otro maestro, formando una cadena que se remonta al Profeta y a sus compañeros (la silsila). Se considera que hay personas a las que dios ha elegido para recibir el don de la baraca, bendición divina, los cuales son venerados, tanto a los santones como a las tumbas e incluso a sus descendientes. El principal de los maestros es el Qutb, muy similar a la concepción que tiene el chiísmo del imam.
La wasiya (legado, mandato) es la norma o corpus doctrinal a la que cada tariqa, cofradía, se acoge, transmitida siempre de maestro a discípulo, como una especie de carta fundacional.
El murid o discípulo es aquel que, aunque está separado de Dios porque está distraído por las cosas mundanas, tiene como objetivo encontrarlo, por ello también recibe el nombre de salik, peregrino. Para encontrar este camino necesita al maestro, pero también a sus compañeros, con los que establece una alianza fraternal. En el ámbito indio se habla del pir-bhai (hermano a través del maestro). Todos los iniciados deben vestir la jirga o muraqqa´a (andrajo).
Antes de convertirse en murid el aspirante debe pasar una serie de pruebas difíciles de cumplir que sirven para poner a prueba su capacidad de transitar por el camino, como por ejemplo un largo retiro, que puede durar hasta cuarenta días.
Superadas las pruebas, el ritual de iniciación comienza con un apretón de manos, mediante el cual el aspirante es aceptado en la cadena de transmisión de la tariqa. El maestro supervisa en todo momento el crecimiento espiritual de los discípulos y les ayuda a progresar mediante instrucciones religiosas, oraciones y otras indicaciones. Además, debe enseñarles el correcto comportamiento en todo momento.
´Abd-al-Qadir al-Yilani (m. 1166) fundó la primera tariqa, que recibió el nombre de Qadiriyya, actualmente una de la más extendidas y con mucha presencia en el norte de África. A partir de entonces las cofradías empezarán a jugar un papel muy importante tanto social como políticamente. Políticamente muchos soberanos se apoyaron en ellas para así ejercer un control sobre la población. Socialmente siempre han contribuido a la difusión del islam, sobretodo en regiones muy alejadas, donde se favoreció un sincretismo religioso, como por ejemplo ocurrió con el hinduismo.
Económicamente se han mantenido siempre gracias a los beneficios derivados de la posesión de bienes de manos muertas, legados, donaciones o fundaciones privadas.

Rumi

La Maulawi o Mevleví es una orden fundada a raíz de la doctrina del poeta persa sufí Jalal al-Din Muhammad al-Balkhi al-Rumi (s.XIII), el cual recibe el tratamiento de Mewlana (nuestro maestro). Nació en la ciudad de Balkh el día 6 del mes de Rabi-ul-awal del 604 H. y se dice que ya a los seis años de edad se le conocía unos grandes poderes espirituales. Su principal obra recibe el nombre de Maznawi.
Tenía muchos seguidores y seguidoras, pero nunca creó una organización. El encargado de ello fue su hijo mayor y sucesor, Sultan Walad (m. 1312). Él organizó el ritual en el cual el aspirante debía pasar 1001 días de servicio en la cocina, ascendiendo a tareas más elevadas poco a poco, mientras que también era introducido en la lectura e interpretación del Maznawi y aprendía la técnica de la danza-meditación, el sema
Actualmente el centro de la orden y el santuario más importante (zagüia) se encuentra en Konya (Turquía), donde se haya la tumba de al-Rumi, aunque también hay un importante centro en Estambul, cerca de la Torre de Gálata.
Destaca de esta orden su particular dhikr, el Sema, danzas giratorias (por las cuales reciben el nombre de derviches, miembros de la tariqa o cofradía, giróvagos). Es un tipo de danza-meditación que representa el baile de los planetas. Consiste en girar sobre uno mismo de este a oeste pivotando sobre el pie izquierdo, en silencio absoluto recitando mentalmente la oración, con los brazos extendidos, representando la ascendencia hacia la verdad, para lo cual hay que liberarse totalmente del propio ego. El vestuario hace referencia a este movimiento de los planetas y la suave música de flauta, tambores, atabales, violines y laúdes simboliza el sonido de las esferas. El ritual está totalmente reglado; avance con pasos lentos, triple reverencia frente al maestro, movimiento de quitarse los mantones negros dejando a la vista las túnicas blancas (que representan el cuerpo resucitado), el desplegar los brazos sobre el pecho, dejando la derecha abierta hacia el cielo y la izquierda dirigida hacia la tierra.
Consta de cuatro partes que simbolizan el aniquilamiento en el amor y el retorno a este mundo. Una oración de bendición y el prolongado huuuu (Él) constituye el final.
En general las prácticas de los mewlevíes han sido denostadas por la mayoría de los musulmanes, ya que lo ven como una desviación (bida) de la norma islámica y conciben la danza como una distracción frívola.

India

Aunque el islam se hace presente en el subcontinente indio en el siglo VIII de la mano del sultanato de Delhi, no es hasta los siglos X y XI cuando aparece la tradición sufí.
Los místicos persas tuvieron una gran influencia en la India mogol y se establecieron muchos contactos entre el sufismo y el hinduismo de tendencia teísta. La introducción de las diversas órdenes sufíes fue decisiva en la islamización de las comunidades hindúes ya que, frente al sistema de castas, el Sufismo promulga los ideales de tolerancia y justicia.
Muchas órdenes se desarrollaron en la India, pero haremos especialmente hincapié en una de ellas, la orden Chistí, por ser ésta una de las principales.
La Chishtí es una orden fundada en la ciudad de Chixt, próxima a Herat (Persia), por Mu´in al-Din Hasan al-Siyistani (ca. 1141-1236), el cual se encargó también de extenderla por la zona del
Indostán. Llegó a Delhi en 1193 durante el reinado Ghurid, asentándose en Ajmer, Rajasthan durante la formación del sultanato de Delhi.
En esta misma ciudad se encuentra la tumba del fundador de la orden, convirtiéndose en un importante centro de peregrinación tanto de musulmanes como de sikhs, cristianos e hindúes.
Los chistíes crearon una comunidad igualitaria dentro de un estratificado y cerrado sistema de castas, en la que se desarrollaban enseñanzas basadas en el amor, la espiritualidad y la harmonía, es por ello por lo que consiguió tantos adeptos rápidamente.
Los chishties destacan por su misticismo espiritual y un gran desapego de las cosas mundanas. Siempre se mantuvieron fieles a su ideal ascético originario. Además, permitían la iniciación de no musulmanes. Amaban la música y la poesía, y por ello el tipo de ceremonias que llevan a cabo dio lugar a un género musical específico, el Qawali, una combinación de instrumentos indostánicos tradicionales con poemas místicos en urdu, hindi y persa. Es al poeta Amir khusrau (fallecido en 1325) a quien se le atribuye el desarrollo de este género.
Hasta la actualidad esta orden sigue muy vinculada a la música y ha extendido su influencia por toda India, Europa y Estados Unidos. Uno de los principales representantes actuales es el músico Rahat Fateh Ali Khan.

Bibliografía

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• Gómez García, Luz; DICCIONARIO DE ISLAM E ISLAMISMO; ed. Espasa libros, 2009.
• Hourani, Albert; HISTORIA DE LOS PUEBLOS ÁRABES, ed. Ariel, 1992.
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• Schmmel, Annemarie; INTRODUCCIÓN AL SUFISMO, ed. Kairós, 2007.
• Stoddart, William; EL SUFISMO, ed. Sophia Perennis, 2002.

• Sourdel, Dominique; EL ISLAM, Ed, Davinci, ¿qué sé?, 2007.

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