miércoles, 7 de enero de 2015

I Ching

Por: Carmelo Morales Marcos

Doctorando en Universidad Complutense de Madrid

Correo electrónico: Karmelo7777@hotmail.com



Libro I Ching.
Versión de Richard Wilhelm
El Yi Jing[1] (I Ching) se encuentra entre los Cinco Clásicos chinos que fueron recopilados por Confucio. Estos Cinco Clásicos eran: El Canon de la Historia, El Libro de los Ritos, el Libro de Las Odas, Los Anales de Primavera y Otoño y el Libro de las Mutaciones. También existió el Libro de la Música que desapareció en la gran quema que llevó a cabo la dinastía Qin.
Yi significa Cambio o Mutaciones y Jing significa Libro o Libro Clásico. Hay algunos que dan la tutoría de la invención de los hexagramas a Fu shi, aunque su existencia no está bien documentada y algunos no descartan que fuese leyenda, de vivir lo hizo en el 2700 a.C o fechas aún más lejanas en el tiempo. La autoría del texto se atribuye al rey Wen y al Duque de Zhou (1100-771 a.C). Antes de esta dinastía, los Zhou, gobernaba la dinastía Shang. Los tres elementos básicos en la dinastía Shang eran 1) el culto a los antepasados (pilar fundamental del futuro confucianismo. 2) wuismo[2] 3) el culto a los espíritus de la naturaleza. La comunicación con los espíritus se hacía mediante brujos o mediante adivinos, que interpretaban el futuro por medio de hueso o caparazones de tortuga que se resquebrajaban cuando se les daba calor y se acercaban al fuego, para luego interpretar sus grietas. Se puede decir que el Oráculo de la Mutaciones de los Zhou vino a reemplazar estos métodos más arcaicos. Se ha utilizado durante más de 2000 años en su forma, más o menos, actual, pero en otras formas posiblemente antes. En Occidente hasta fechas muy recientes el oráculo no era tomado en serio. Hoy día la mayoría de las personas siguen sin creer en él. Siguen la máxima de “todo lo que no es demostrable empíricamente no puede ser real”. Pero precisamente para tener una fiel interpretación de sus sentencias es necesario creer.
Si nos dejamos guiar por las enseñanzas del I Ching enriqueceremos nuestras vidas, desaparecerá nuestra inquietud, seremos más altruistas, tendremos mucha más armonía interior, incluso podremos llegar a ser un “Chuntzu” (Hombre Superior), es decir una persona que, sin ser  perfecta moralmente, trabaja incesantemente en esa perfección, sereno tanto en el triunfo como en la derrota, capaz de enfrentarse a todo tipo de calamidades sin quejarse. El I Ching, aunque nos puede evitar de una grave enfermedad, de una muerte prematura, o, de una vida infeliz con alguien que no nos conviene, se preocupa sobre todo de que el que pregunta se corrija los defectos interiores y que persista en el Camino de la virtud.
Fu Shi y la tortuga,
animal cuyo caparazón se utilizaba
como oráculo.
Una diferencia notable que distingue al Yi Jing de otros medios de adivinación es, que este no te hace una premonición y te deja solo a que esperes el resultado, sino que te dice el camino mejor a escoger. Este camino suele coincidir con el Camino confuciano, que es la rectitud en nuestras acciones.
Por tanto, la filosofía o enseñanza es la siguiente: todo está sometido a cambio, tanto si actuamos de una forma u otra, o nos quedamos inmóviles. Nuestra acción o no acción produce unos efectos, estos producen a su vez unas acciones que provocan nuevos cambios. Si nuestras acciones son rectas y sinceras (por lo tanto dentro del Camino) los efectos serán favorables y lo mismo los cambios originados. Lo mismo ocurre al contrario, cuando nuestras acciones no son ni rectas ni sinceras, los efectos y cambios producidos serán desfavorables. Por eso dice Confucio que el hombre se degrada a sí mismo antes de que los demás le desprecien.
Claro, también se producen cambios por las acciones de los demás. Cambios que nos pueden repercutir negativamente. Estos son los que menos nos tienen que preocupar, porque no son culpa nuestra y por tanto, tarde o temprano, pasan de largo. Cuando el culpable somos nosotros el mal permanece. Partiendo de esta base, la tarea sagrada del Yi Jing es proporcionarnos más sabiduría para que nuestras intenciones sean puras y consigamos alcanzar todas las virtudes morales. Una vez que nuestras intenciones son puras y adornemos nuestro interior con virtudes, atraeremos a los demás y los efectos y los cambios serán positivos.
Confucio ya lo consideraba una obra antigua. En las Analectas declaró Confucio que si viviese 50 años más los dedicaría al Yi Jing, para corregir todos sus defectos. Aunque todos los eruditos no están de acuerdo con la autoría de estas declaraciones, de lo que no hay duda ninguna es que Confucio lo leyó y lo recopiló, y cualquiera que esté familiarizado con los dos textos se daría cuenta de la conexión entre la doctrina de Confucio y el Yi Jing. En las mismas Analectas habla Confucio de lo importante que es consultar a los oráculos para persistir en la virtud. Precisamente esta traducción ha desaparecido en la mayoría de los textos neo-confucianos, porque no querían que el aspecto mágico-sagrado apareciese en la doctrina de Confucio[3]. No debería de haber duda de que  Confucio estudió este libro sagrado a fondo. Hay autores, aunque son pocos, que piensan que Confucio hizo comentarios sobre el Yi Jing en todos los hexagramas, entre ellos John Blofeld.[4]
En la adivinación se puede consultar al Cielo, a los antepasados, a los dioses o a los espíritus. En los años finales de la dinastía Zhou, hacia el 770 a. se fue descentralizando el estado y los reyes se convirtieron en figuras encargadas de los ritos y la adivinación. El Yi Jing  dejó de ser monopolio de la realeza y pasó a manos de los nobles. Es decir, en tiempos de la dinastía Zhou los métodos de adivinación se convirtieron en un asunto específico de reyes u otros tipos de gobernantes. Fue a partir de la desaparición de los Zhou occidentales cuando comenzó a utilizarlo otros ciudadanos de la nobleza.
El Cielo es la fuerza que hay detrás de toda diversidad y de toda variedad que resultan de los cambios constantes y regulares. Por lo tanto, la Ley Natural en un contexto confuciano es el principio de los constantes cambios, a través de los cuales se le da vida a las cosas y todos los acontecimientos siguen su curso. Pero esto antes que en confucianistas y taoístas ya se hace referencia en numerosos comentarios del Yi Jing. El sucesivo movimiento del Yin y el Yang constituye el Cambio. La naturaleza de los seres humanos no es sino Cambio. El Yin y el Yang surgen y declinan en las cuatro estaciones y las cosas mismas alcanzan su madurez.
El Cielo sería entonces el motor que origina esos cambios que se dan a lo largo de la vida, es el generador, no solo de la moral y de las virtudes en los seres humanos, sino de la vida y de las mutaciones que se dan sin cesar en ella. Hace que el Yin y el Yang sigan su curso y de esa forma todo alcance su consumación. La fuerza material tiene su género, el Yin y el Yang. Los poderes Yin y Yang fluyen por sus caminos y así se producen las cuatro estaciones; estas se mueven en diferentes direcciones y así se produce los Cinco Elementos. El Camino del Cielo es el que siguen los modos naturales y por el cual son creadas todas las cosas. En el Yi Jing se habla del Cielo como el Principio Creativo, y lo identifican con el Mandato del Cielo. Bien como Naturaleza, bien como Ley Natural, el Cielo y el Camino del Cielo impregnan la vida humana. Como todas las cosas se originan en el Cielo y como los humanos se originan en sus antepasados, los sacrificios importantes están encaminados a expresar gratitud a los originadores (Cielo y antepasados), para recordar los comienzos. Para los confucianos el elemento sagrado, en este caso ritual y sacrificio, interfiere entre el Cielo y los humanos, entre estos y los antepasados.
En la versión de Richard Wilhelm sobre el YiJing, Carl Gustav Jung, figura clave del Psicoanálisis y autor del prólogo del texto de Wilhelm, se atrevió a afirmar públicamente su creencia en las predicciones del Libro de las Mutaciones. Intentó incluso demostrar su veracidad con una teoría que se podría resumir en “cualquier cosa que sucede en un momento dado está ligada con toda la situación universal”. Con estas afirmaciones puso en riesgo su prestigio.
El Yi Jing te ayuda a conseguir el “Dé” (), que significa virtud, propiedad moral que es capaz de dar a una persona un poder o influencia psíquica sobre los demás y a veces sobre el entorno no humano. Un rey que no cumpliese con sus obligaciones, bien no haciendo caso de las leyes del ritual o infringiéndolas, o abusando de su poder, perdería su virtud y el Cielo le quitaría su gobierno. De esta forma virtud y ritual están estrechamente relacionados y se apoyan mutuamente. Es así como lo moral y lo ético, en la tradición confuciana, ha ido obteniendo un carácter religioso y  trascendental. Esa influencia se adquiere sobre los demás gracias a la virtud y queda reflejada en muchos pasajes del Yi Jing, como por ejemplo en La Imagen del Hexagrama 53 Chien La Evolución, donde dice: <<Así permanece el noble en digna virtud a fin de mejorar las costumbres>>[5]. Dice que se mejoran las costumbres al permanecer en la virtud. Esto es debido a lo que se comenta  más arriba sobre el influjo que la persona que practica la virtud ejerce sobre los demás. Richard Wilhem lo explica en el comentario a La Imagen de este Hexagrama: <<Para lograr este efecto en la opinión pública, en las costumbres públicas, es preciso que la personalidad adquiera gravitación e influencia. Esto se logra mediante un cuidadoso y constante trabajo dedicado al propio desarrollo moral>>[6].
Tanto en el Yi Jing como el Shu Jing domina especialmente el aspecto moral. Hay una enseñanza que recorre todo el espíritu del Yi Jing o Libro de la Mutaciones: es imposible los logros duraderos sin la práctica de la virtud. Pero no solo por la ley de causa y efecto, si no, porque el Cielo solo te protege si sigues el Camino de la virtud. Como muestra pondremos un ejemplo pero hay multitud de ellos.
El hexagrama 14, en la versión de Richard Wilhelm se titula La Posesión de lo Grande, Tu Yu. En el Comentario para la Decisión que se le  atribuye a Confucio (aunque hay numerosos estudiosos que no están de acuerdo en esta autoría), dice lo siguiente: <<Su carácter es firme y fuerte y ordenadamente claro, encuentra correspondencia con el Cielo y marcha con el tiempo>>”[7].  Pero independientemente de sí Confucio fue el autor de los comentarios de las decisiones de los hexagramas, en la Imagen de dicho hexagrama (que esta sí está casi todo el mundo de acuerdo en atribuírselas a los Zhou), dice lo siguiente: <<Así reprime el Noble el mal y fomenta el bien y de ese modo obedece a la buena voluntad del Cielo>>[8]. Para comprobar otras traducciones, la de John Blofeld dice algo parecido: <<El Hombre Superior suprime a los que son malos y mantiene a los virtuosos. Con la máxima alegría, se pone de acuerdo con el Cielo y ejecuta sus órdenes>>”[9]. Valgan estos ejemplos para ver como hay un principio fundamental en el Yi Jing: La voluntad del Cielo es que fomentemos el bien y evitemos el mal y si practicamos la virtud seremos protegidos por él.
Vemos ya en el I Ching al Cielo con sus múltiples funciones. Es a lo largo de los seis ciclos (las seis líneas movibles) como el noble, como montado en seis dragones, lleva su objetivo a su término.

Método de las monedas

Mujer realizando el ritual
antes de preguntar al I Ching.
Voy a explicar este método por ser el más utilizado hoy en día, dejaré para otro momento la explicación del método de los tallos de milenrama.
En primer lugar hay que tener una actitud de reverencia y respeto. El respeto comienza lavándose las manos antes de coger el libro, pues hay que tratarlo como un elemento sagrado. Tenemos que tener un lugar íntimo en casa. El salón puede ser un buen lugar siempre y cuando uno se asegure que no lo van a interrumpir los próximos 90 minutos. Hay que estar libre de ruidos. Lo ideal sería una mesa baja. En ella colocaremos dos velas en los extremos, el libro en el lateral al que previamente habremos hecho tres inclinaciones de cabeza, o por lo menos un cierto recogimiento interior cuando lo cogemos. También tendremos en la mesa la cajita con las tres monedas, una hoja de papel y un bolígrafo. Escribiremos la pregunta en el papel y de abajo a arriba pondremos los 6 números que corresponden a las seis veces que tenemos que tirar las monedas. Dicho de otro modo, arriba pondremos el número 6, debajo el 5 y así hasta llegar al 1.
Cogeremos las 3 monedas con las dos manos y nos concentraremos en la pregunta y en toda la inquietud y curiosidad que nos causa. Tendremos que sentir en lo más hondo de nosotros la cuestión que queremos plantear mientras movemos las monedas con nuestras dos manos. Una vez que se llega a ese estado, uno suelta las monedas. Solo hay 4 resultados posibles: 3 caras; 3 cruces; 2 caras y 1 cruz; 2 cruces y 1 cara. Si no tenemos claro cuál es la cara y la cruz se suele asignar dónde está inscrito el valor de la moneda a la cruz. La cara vale 3 puntos y la cruz vale 2. Por lo tanto la suma de las cuatro combinaciones posibles es 6, 7, 8 y 9. La primera tirada se apunta en el número 1 que hemos escrito en la hoja y está abajo del todo. La segunda tirada se apunta en el dos, así sucesivamente hasta llegar a la sexta tirada. Cuando el resultado es par, o sea, 8 o 6, se  dibuja una línea partida yin. Cuando el resultado es impar 9 o 7 se dibuja una línea entera yan. Siempre dibujaremos dos hexagramas porque si el resultado de alguna tirada da 9 o 6, es decir, que salgan 3 caras o 3 cruces, esa línea muta en su contraria, y esto trae consigo otro hexagrama nuevo. Al acabar miramos el índice o cuadro de hexagramas (en la versión de Wilhelm está al final del libro) y descubrimos cual nos ha tocado. Leeremos el primer hexagrama, luego las líneas móviles, solo las que hayan salido 6 o 9, y por último leeremos el segundo hexagrama. Para interpretarlo se requiere práctica. Poco a poco el Yi Jing nos atrapará por lo certero de sus sentencias y porque la filosofía que encierra tiene mucho que ver con nuestra naturaleza humana. Seguiremos…

Bibliografía seleccionada

Blofeld, J. I Ching, Libro del Cambio. EDAF, Madrid 1982.
Graham, Angus Charles (2012) El Dao en disputa. Trad. Daniel Stern. México D. F. F de Cultura Ec.
Kaikuza, Shigeki (2004) Vida y pensamiento de Confucio. Palma de Mallorca. Olañeta.
Pérez Arroyo, Joaquín (2002) Confucio. Los Cuatro Libros. Barcelona. Espasa Libros.
Yao, Xinzhong (2001) El Confucianismo. Trad. María Condor. Madrid. Cambridge U. P.
Wilhelm, R, I Ching, Libro de las Mutaciones, Edhasa, Barcelona, 1977.



[1] Con este nombre se lo traduce en pinyin, que es el vulgarmente llamado chino mandarín.
[2] Se llama así al movimiento o costumbre de utilizar chamanes o brujos para indagar el futuro.
[3] P. Arroyo, J. Los Cuatro Libros, Analectas XIII, 22. P.157.
[4] John Blofeld vive en Thailandia y ha dedicado la mayor parte de su vida al estudio del budismo y el taoísmo. Entre sus libros destacan: I Ching El Libro del Cambio, The Way of Power, Beyond the Gods, y Mantras.
[5] Wilhelm,R, I Ching. Hexagrama 53. Pag 290.
[6] Ibd., p. 290.
[7] Wilhelm, R. I Ching. Hexagrama 14, p. 548.
[8] Ibid.
[9] Blofeld, J. Hexagrama 14, p. 123.

2 comentarios:

  1. ¿Por qué en Occidente se le conoce como I Ching cuando en chino (mandarín) se lee Zhou Yi 周易?

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    1. Hola V J Ochoa, Soy Carmelo Morales. Lamento contestarte tan tarde, pero hasta hoy no he sabido que habías preguntado.

      Verás, en occidente se le conoce por I Ching, por una mala costumbre, pues en realidad se escribe Yi Jing. Yi significa Cambio o Mutación y Jing significa Libro o Libro Clásico. Pero como la "J" en chino se pronuncia como una "Ch" suave y "I" se pronuncia "Yi" que quiere decir libro o Clásico, tendríamos que en Pinyin (mandarín) se escribiría Yi jing, pero sonaría algo así como Yi Ching, de ahí que haya pasado a occidente como I Ching, que quiere decir libro(Jing o Ching) de los Cambios(YI o I).

      Ahora bien, Zhou Yi no significa el Libro de los Cambios, sino el libro de los Zhou, que fue la dinastía a la que se atribuye la autoría del libro. Título por el que también se lo conoce pero es menos común.

      Espero haberte ayudado. Si quieres más información escríbeme a mi correo con título I Ching y te intentaré aclarar otras dudas que tengas. karmelo7777@hotmail.com

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