EL Dios de Israel
Parte 2: Denominaciones y caracterizaciones divinas a la luz del entorno
cananeo
Por: E. Macarena García García, Investigadora Predoctoral FPU,
Universidad Complutense de Madrid.
Retomando el hilo de nuestra anterior entrada sobre el dios de Israel, hemos
decidido dedicar la segunda parte de esta breve investigación a la
profundización acerca de los diferentes nombres y epítetos divinos, a la vez
que ampliamos la exposición sobre el carácter de la divinidad israelita gracias
a la comparativa con la religión cananea imperante en su entorno.
Como ya habíamos adelantado anteriormente,[1] el hecho de que la Biblia
defienda la unicidad de Dios[2] no impide que su propio texto
incluya diversas denominaciones de tal divinidad. El primer erudito en notar
dicha distinción fue el médico francés Jean Astrid (1684-1766) – famoso por
escribir el primer gran tratado sobre la sífilis – quien en 1735 constató cómo
en algunos pasajes del Pentateuco, Dios era nombrado por el nombre común hebreo
para dicho término, ’Elohim, mientras que en otros era denominado por el nombre
propio Yhwh.
Distintas
denominaciones divinas en hebreo y su pronunciación. |
El término ’Elohim aparece unas 2.600 veces en la Biblia hebrea. Como
hemos dicho, se trata de un nombre común, gramaticalmente plural, que en
ciertas ocasiones de utiliza para designar a otros dioses distintos del
israelita cuyo culto es denunciado, como con la expresión ’elohim aḥerim,
“otros dioses,” en Éx 20,3 y De 5,7; o ’elohim ḥadashim, “nuevos
dioses,” en Ju 5,8. Sin embargo, y a pesar de ser un plural, generalmente
’Elohim se refiere específicamente al dios de Israel, nombre propio equivalente
o intercambiable con Yhwh.[3]
Texto
hebreo vocalizado con el término ’Elohim resaltado. |
Etimológicamente relacionado con ’Elohim, encontramos también en los
libros más tardíos de la Biblia hebrea[4] el singular ’Eloah, que a
excepción de dos breves referencias en Daniel,[5] se usa exclusivamente como
nombre propio divino y no como designación común para otras divinidades
extranjeras.
Otro apelativo similar lo encontramos en ’El, atestiguado 230 veces
tanto en singular como en plural (’elim). Como ’Elohim, su uso más frecuente es
la designación del nombre propio divino[6] - especialmente bajo las
formas ’El Shadday (Dios Todopoderoso/Omnipotente)[7] y ’El ‘Elyon (Dios Altísimo)[8] –, pero también puede usarse
como nombre común y hacer referencia a otros dioses.[9] Sin embargo, no es una forma derivada
de éste, sino más bien al contrario: sus antecedentes pueden verse en otras
lenguas y culturas semíticas – como el acadio ilu(m) –, siendo el término utilizado
en Ugarit[10]
para designar tanto la idea común de “dios” como la divinidad suprema del
panteón cananeo.
En cuanto al término Yhwh – también conocido como Tetragrama –, aparece
en la Biblia más de 6.600 veces. Si bien no hay acuerdo firme sobre la etimología
exacta de este nombre, gran parte de los académicos apuntan a su relación con
la raíz verbal hwh como antigua variante de hyh (“ser, existir”),
lo cual estaría en consonancia con la explicación bíblica de Éx 3,14, cuando al
preguntar Moisés sobre la identidad divina, Dios responde “Yo soy el que soy” (’ehyeh
’asher ’ehyeh), utilizando esta misma raíz verbal.[11]
Estrella
de David con el Tetragrama,
incluyendo las vocales propias de ’Adonai.
|
El texto bíblico hebreo es – en principio – exclusivamente consonántico,
por lo que la reconstrucción de la vocalización del Tetragrama como “Yahweh” se
hace a partir de antiguos textos griegos de la Iglesia cristiana. Dado que
desde – al menos – el s. III a.e.c. el nombre propio de la divinidad se
considera impronunciable, los fieles que leen el texto hebreo no pronuncian en
voz alta Yhwh, sino que cambian dicho nombre por el epíteto ’Adonai (“mi
Señor”) [12]
o, más tardíamente, ha-Shem (“el Nombre”). La causa de esta prohibición de
pronunciar el nombre de Dios parece una posible malinterpretación del tercer
mandamiento (Éx 20,7; De 5,11), que más que decir que no se debe pronunciar el
nombre de Dios en vano, significaría originariamente que no se debe jurar en
vano en nombre de Dios, o quizás, que no se debe nombrar con el nombre de Dios
aquello que es falso (en referencia a otros dioses distintos al dios israelita).[13]
Como curiosidad, la denominación Jehová proviene de la lectura de las
consonantes de Yhwh combinadas con las vocales correspondientes a ’Adonai
(sewá-ḥolem-qamets), las cuales fueron a veces incluidas en época medieval por
los masoretas bajo el Tetragrama como pista para el lector, para que a la hora
de leer en voz alta el texto pronunciara la palabra correspondiente a la vocalización
(’Adonai) en lugar del nombre propio divino.[14]
El nombre Yhwh suele aparecer en la construcción Yhwh Tseba’ot,
traducida generalmente como “Dios de los Ejércitos” (celestiales), así como en
la forma Yhwh ’Elohim, que combinaría estas dos principales formas de denominar
a la divinidad. Además, una forma corta de Yhwh, Yh (probablemente vocalizada
como Yah), aparece 24 veces en la Biblia hebrea de forma aislada, aunque es
bastante frecuente encontrarla como forma sufijada, junto con –’el– y –yahu,
para la creación de nombres teóforos: Israel, Samuel, Eliyah/Eliyahu (Elías)…
Por otra parte, la caracterización del dios de Israel a la luz de su
entorno cananeo es, sin duda alguna, más que enriquecedora. Ya hemos notado que
el término Yhwh como nombre propio puede ser sustituido en algunas ocasiones por
’El para señalar al dios israelita. Pero además, Yhwh y el dios cananeo
comparten algunas de sus características: ambos son los dioses de la creación,
los sabios por antonomasia, bondadosos y benefactores.
Si bien ’El es el dios supremo del panteón cananeo, ante quienes todos
han de responder, en los mitos de Ugarit vemos como este dios va perdiendo poco
a poco protagonismo en beneficio de Ba‘al (“señor,” “dueño”), rey entre los
dioses.
Ba‘al
en su representación clásica como dios barbudo, con un sobrero cónico con dos cuernos, con una maza o hacha en su mano derecha y abundantes rayos en la izquierda. |
Como dios de las tormentas, en Ba‘al se reúnen las figuras del dios
guerrero y del proveedor de la fertilidad de la naturaleza en forma de rocío y
lluvia. Su presencia en los cielos se manifiesta por nubes negras, fuertes
vientos, truenos y relámpagos. En claro paralelo a esta caracterización, Yhwh
es considerado en múltiples ocasiones Yhwh Tseba’ot (“Dios de los Ejércitos”).
Es quien cabalga sobre las nubes (Is 19,1; Sal 68,5), cuya voz es el trueno y los
rayos sus flechas (Sal 18,14-16). De hecho, cuando transmite sus leyes a Moisés
tras la salida de Egipto, se anuncia por medio de truenos, relámpagos y una
nube densa (Éx 19,16), de modo que “la montaña del Sinaí humeaba toda, porque
Yhwh había descendido sobre ella en medio de fuego” (Éx 19,18).
Mircea Elíade ve en estas y otras hierofanías celestes y atmosféricas
presentes en la Biblia la manifestación de todo el poder de Yhwh, cosa que no
ocurre con otras divinidades de la tormenta como Varuna, Zeus o el propio Ba‘al.[15] El dios de Israel es “el
único y verdadero dueño del cosmos,” soberano indiscutido, mientras que Ba‘al
reina entre los dioses pero se haya siempre subordinado al creador, ’El.
El ciclo de Ba‘al que poseemos gracias a los hallazgos de Ugarit nos
narra cómo este dios sale victorioso de sus batallas contra las fuerzas
primordiales del mar (Yamm) y la muerte (Mot), así como contra otros monstruos
marinos o dragones como Litan, Tunnan y la serpiente de siete cabezas. Es
cierto que no encontramos ningún relato de bajada al inframundo acerca del dios
de Israel, pero domina el mar (Yam) y dragones primordiales o monstruos marinos
como Tannim y Leviatán (Sal 74,13-14; Is 27,1; 51,9-10; Job 26,12-13).[16]
La última de las divinidades cananeas a la que haremos referencia en
esta breve exposición es ’Asherah, la diosa madre de la fertilidad. Según el
texto bíblico, su culto – al igual que el de Ba‘al – fue introducido en Israel
por Jezabel, hija del rey de Tiro, y denunciado por el profeta Elías.[17] Durante el período
israelita, el culto de ’Asherah estuvo generalmente conectado con el culto de
Ba‘al, de modo que la expresión Ba‘alim we-’Asherot era usada para
designar a los dioses extranjeros en general (Ju 3,7) y el término ’Asherah era
sinónimo de “diosa.”
Es curioso cómo en las inscripciones de Kuntillet Ajrud[18], se menciona a Yhwh y su
’Asherah, como si esta diosa femenina fuera consorte de Yhwh (y no de ’El, como
establece el panteón cananeo). La cuestión del sincretismo religioso en esta
época es un debate aún abierto entre los académicos, si bien descubrimientos
como este tienden a pensar en un estadio de monolatría – culto a Yhwh por
encima de otros dioses cananeos – más que de monoteísmo – creencia en la
existencia de Yhwh y negación de la posible existencia de otros dioses – desde
un primer momento en la religión de Israel.
En conclusión, podríamos decir que en estos primeros momentos de la
religión de Israel no existe una figura de la divinidad única y perfectamente
modelada, como atestigua la variedad de nombres propios que recibe, muestra de
las diferentes tradiciones que acabaron uniéndose en la Biblia. Dichas
tradiciones, a su vez, no nacen en un entorno aislado, sino que beben de su
contexto cananeo, de modo que el análisis de las características principales de
los dioses del entorno nos brinda una comprensión más profunda del carácter del
dios de Israel.
Bibliografía
Fuentes
- Cantera
Burgos, F. y M. Iglesias González, Sagrada Biblia, Biblioteca de Autores
Cristianos, Madrid, 2003.3
Artículos enciclopédicos
- Avi-Jonah, M., “Baal Worship.” En Skolnik, F.
(ed.), Encyclopaedia Judaica, vol. 3, Macmillan Reference USA, Detroit, 2007,2
pp. 9-13.
- Fox, M., “God, Names of.” En Skolnik, F. (ed.), Encyclopaedia Judaica,
vol. 7, Macmillan Reference USA, Detroit, 2007,2 pp. 672-678.
- Frymer, T. S., “Asherah.” En Skolnik, F.
(ed.), Encyclopaedia Judaica, vol.
2, Macmillan Reference USA, Detroit, 2007,2 p. 562.
- Sperling, S. D., “God: God in the Hebrew Scriptures.” En Jones, L.
(ed.), The Encyclopedia of Religion, vol. 5, Macmillan Reference USA,
Detroit, 2005,2 pp. 3537-3543.
- Walls, N. H., “Baal.” En Jones, L. (ed.), The Encyclopedia of
Religion, vol. 2, Macmillan Reference USA, Detroit, 2005,2 pp. 723-725.
………. “El.” En Jones, L. (ed.), The Encyclopedia of Religion, vol.
4, Macmillan Reference USA, Detroit, 2005,2 pp. 2742-2743.
Bibliografía
especializada
- Cross, F. M., Canaanite Myth and Hebrew Epic. Essays in the History
of the Religion of Israel, Harvard University Press, Cambridge,
Massachusetts, 1997.
- Eliade, M., Tratado de historia de las
religiones. Morfología y dialéctica de lo sagrado, Ediciones Cristiandad,
Madrid, 2000.3
- Smith, M. S., The Early History of God. Yahweh and the Other
Deities in Ancient Israel, William B. Eerdmans, Grand Rapids, Michigan,
2002.2
[1] García García,
E. M., “El Dios de Israel. Parte 1: El pueblo elegido y la alianza.”
Publicación en línea: http://confurfeo.blogspot.com.es/2014/10/el-dios-de-israel-parte-1-elpueblo.html
[Acceso: 08.01.2015]
[2] De 6,4: “Escucha Israel: Yhwh, nuestro Dios, Yhwh es uno.”
[3] De hecho, la fuente E y algunos salmos prefieren ’Elohim como
nombre propio de la divinidad en detrimento de Yhwh.
[7] En referencia
al dios de Abraham, Isaac y Jacob: Gén 17,1; 28,3; 35,11; 43,14; 48,3. Si bien
las traducciones de la Septuaginta y la Vulgata a Shadday son Pantokrator
y Omnipotens respectivamente, la etimología de este nombre parece tener
más que ver con el acadio šadū (“montaña”), siendo entonces su significado
“Dios de la Montaña,” quizás en el sentido de montaña cósmica, de divinidad
celestial.
[8] Como en Gén
14,18 o Sal 78,35. Otros apelativos con ’El menos frecuentes son ’El Ro’i
(“Dios de la Visión” o “Dios que me ve” – significado oscuro del pasaje – en Gén
16,13), ’El ‘Olam (“Dios Eterno,” en Gén 21,33) y ’El Berit (“Dios de la
Alianza,” en Ju 9,46).
[10] Antigua ciudad
Siria (actual Ras Shamra) donde, desde sus primeras investigaciones en 1929,
los arqueólogos encontraron un amplio archivo de la Edad de Bronce Final con
cientos de textos mitológicos, épicos y rituales en escritura cuneiforme.
[11] Si bien esto
no quita que Éx 3,14 ofrezca una explicación de la etimología basada en el
folclore más que en un riguroso estudio científico.
[12] Tal y como
refleja el hecho de que la Septuaginta use la palabra Kyrios (“Señor,”
equivalente a Adonai en hebreo) cada vez que en el texto hebreo aparece Yhwh.
[13] Fox, M., “God, Names of.” En Skolnik, F.
(ed.), Encyclopaedia Judaica, vol. 7, Macmillan Reference USA, Detroit,
2007,2 p. 675.
[14] Si bien esta es la versión más aceptada
entre los investigadores actuales, la reforma protestante y sus traducciones
bíblicas propiciaron un intenso debate sobre la antigüedad de los signos
vocálicos hebreos y del término Jehová como tal. Véase al respecto un breve
sumario en la obra de William Robertson Smith, A Dictionary of the Bible de 1863.
[15] Eliade, M., Tratado
de historia de las religiones. Morfología y dialéctica de lo sagrado,
Ediciones Cristiandad, Madrid, 2000,3 p. 181.
[16] La victoria de
Yhwh sobre el mar (el agua) está conectada bien con el rescate de su pueblo en
Éxodo (Sal 114), bien con una victoria escatológica (Is 27,1).
[18] Pequeña fortificación de Judá en el nordeste del
Sinaí, fue excavada entre 1975 y 1976 por el arqueólogo Ze’ev Meshed. Entre sus
descubrimientos se incluyen dos edificios de la Edad de Hierro (finales del s.
IX o principios del s. VIII a.e.c.) con inscripciones en las paredes de yeso,
en dos pithoi y en vasijas de piedra. Las inscripciones tienen un carácter
volitivo y destacan por nombrar a varias deidades como ´El, Yhwh, Ba‘al o
´Asherah.
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